Que el alcalde de Boadilla del Monte, Antonio González Terol, es fanático de la movilidad sostenible salta a la vista de sus desplazamientos en bicicleta eléctrica o del carril bici que viene impulsando.
Menos conocidos son, sin embargo, los nuevos vehículos, precisamente eléctricos, al servicio del consistorio. Son coches que el servicio CIMUR para la conservación y mantenimiento usa en sus tareas de inspección, y en los que no es difícil ver acomodado al primer edil, normalmente de pasajero.
Se trata de tres unidades de Renault ZOE, que circulan sin emisiones a cambio de un gasto energético unitario de un euro por día, tal cual. En otras palabras, un ahorro sustancial sobre el gasto de los automóviles de gasolina o gasóleo.
Para recargar los ZOE y coches similares, el Ayuntamiento instaló dos puntos gratuitos: uno en el aparcamiento del Ferial de Boadilla y otro en el de la calle Hermanos Machado. Si queremos usarlos, debemos hacernos con una tarjeta que se entrega en dependencias municipales.
Sobre todo, urbano
Paralelamente, los automóviles eléctricos disfrutan en nuestra localidad de una bonificación en el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (el numerito, para entendernos) del 75 por ciento durante los primeros cinco años.
En detalle, el ZOE es un utilitario automático concebido desde cero como eléctrico. Sólo lo hay de cuatro puertas (cinco con el portón trasero), y viene a tener las dimensiones de un Clio, también de Renault.
Su precio parte de unos 21.000 euros, pero restadas las ayudas disponibles queda en unos 17.000. Eso sí, a ese coste hay que sumar el del alquiler mensual de su batería (75 euros) que, con todo, apareja servicios como su sustitución en caso de avería.
El ZOE es razonablemente amplio, tan suave como silencioso y muy fácil de llevar: basta acelerar y frenar, punto. Sale con brío de semáforos y cruces, y logra una punta de 135 km/h, suficiente para ir por circunvalaciones tipo M-40 o la M-50.
¿Y sus inconvenientes?
Pues más allá de un elevado precio de partida –más o menos amortizable por el coste de uso–, su autonomía: afinando mucho (un solo viajero, aire acondicionado apagado…) no va más allá de 200 km, todo un pero para viajar. Y para cargarlo en casa hace falta un dispositivo específico, conocido como Wall-Box, compatible con su enchufe Camaleón, éste apto para tomas monofásicas y trifásicas.
Además, llenarlo por completo en las primeras se va a 9 horas, aunque conectándolo en las últimas la operación se resuelve en 30 minutos. Es el precio de ser verdes al volante.