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Lo que hay detrás de las emociones

Desde hace tiempo se habla mucho del valor adaptativo de las emociones y también han proliferado las técnicas que creen en los efectos positivos que tiene la expresión y liberación de emociones, bajo la premisa de que cualquier emoción reprimida tiene efectos negativos para uno mismo.

 

Todo esto, sin embargo, resulta insuficiente para nosotros si no conseguimos saber qué es lo que hay detrás de las emociones que experimentamos y cuáles son las técnicas de auto-regulación emocional que podemos utilizar para gestionar ciertas situaciones en nuestra vida cotidiana. 

La sola expresión de una emoción negativa nos puede proporcionar cierto alivio, pero no siempre resuelve el problema. Las emociones recurrentes tienen su causa más lejana en nuestra propia historia personal, en cómo se han vivido las experiencias desde la infancia. También hay causas orgánicas que median en su expresión: una sensación física o un pensamiento (unas creencias, un juicio, una expectativa, un objetivo…), siendo todas estas causas más o menos conscientes. 

Muchas de nuestras emociones son la expresión de una necesidad no satisfecha. Pero también muchas de nuestras emociones son el producto de un “yo” que está poco integrado, de condicionamientos fuertemente establecidos y del tipo de observador que estamos siendo.

Para poder gestionar todo ello, hay varias cosas que deberíamos tener en cuenta, siendo todas ellas complementarias: 

  • Tomar consciencia de lo que pasa en nuestro cuerpo y en nuestra mente cuando aparece una emoción. 
  • Darnos cuenta del estímulo que provoca la emoción y la causa de la misma (pues muchas veces no coinciden).
  • Darse cuenta de cuáles son nuestras necesidades reales no satisfechas, cosa que en ocasiones no es tan fácil de ver. Y así, se trataría de poder expresar cómo nos sentimos y qué necesitamos.
  • Otro punto importante tiene mucho que ver con la habilidad para entender las emociones propias y ajenas, sabiendo comunicar y actuar en consecuencia (lo que se conoce por inteligencia emocional). 
  • Comprobar si existe algún hábito o mecanismo automático que mantenga esa emoción, y actuar sobre los mismos.

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