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‘Lifting’ sin cirugía

 

Los tratamientos de radiofrecuencia han supuesto un importante avance a la hora de mejorar y rejuvenecer el rostro de una persona por su espectacular efecto.

 

Son la solución ideal para aquellas personas que presentan flacidez en la zona de la cara y el cuello, y no desean recurrir a métodos más agresivos como el lifting quirúrgico o el peeling químico. Se trata de una técnica no invasiva, sin periodo de recuperación y que produce un cambio en la tersura de la piel con absoluta naturalidad.

 

 

En qué consiste el tratamiento

Es muy sencillo: sobre la piel limpia, y siguiendo unas líneas preestablecidas, se va pasando un cabezal emisor de ondas de radiofrecuencia. Estas ondas generan calor en las capas profundas de la piel.

 

Se consigue a través de microimpulsos de calor, que se transmiten a partir de una corriente alterna. Ese calor estimula y activa los fibroblastos (células encargadas de la fabricación de colágeno) para generar y producir nuevo colágeno, con la consiguiente mejora de las arrugas y disminución de la flacidez.


El resultado es una piel más fina y rejuvenecida. También se puede utilizar para el tratamiento del acné.


¿Qué es el colágeno?

Son las fibras básicas que soportan la estructura de la piel. Con el paso del tiempo, el sol y otros factores medioambientales, estas fibras se deterioran y son las responsables de los primeros síntomas de envejecimiento en nuestra piel.


¿Qué resultados puedo esperar?


Los resultados son progresivos y casi inmediatos. Al término de cada sesión se pueden apreciar, aunque es a partir de la cuarta cuando son más evidentes y duraderas, consiguiendo una mejora progresiva durante los tres meses siguientes a la finalización del tratamiento. Es el tiempo que necesita la piel para reestructurar el colágeno. Los mejores resultados se logran en el óvalo de la cara, cuello y zona periocular.


Su duración y efectos


Para un tratamiento completo se necesitan, de media, entre cuatro y seis sesiones, con intervalos mínimos de 3 semanas entre cada una de ellas. Cada sesión dura aproximadamente entre 25 y 35 minutos.


El proceso no es doloroso, sólo se experimenta una ligera sensación de calor; por lo que se puede retomar la rutina del día de forma inmediata tras la sesión. A las pocas horas desaparecen todos estos síntomas.

 
También en los primeros días puede notarse una ligera sensación de tirantez en la zona tratada.

Recomendaciones post-tratamiento


No es necesario ningún cuidado especifico, aunque se recomienda, como parte de un buen cuidado de la piel, utilizar una crema hidratante suave y un filtro solar si hay exposición al sol.


¿Cuánto duran los efectos?


Los efectos duran de un año a un año y medio, dependiendo de los distintos parámetros relacionados con el tipo y estado de la piel, la edad de la persona, etcétera.