Los animales afectados suelen presentar conductas destructivas y/o aberrantes. Entre los síntomas más típicos asociados a esta patología podemos destacar:
- Ladridos y aullidos descontrolados cuando están solos.
- Arañado, mordido y destrozos de muebles, alfombras, paredes, puertas...
- Defecación y/o micción en lugares inapropiados (generalmente claramente visibles para llamar la atención del propietario).
- Ingestión de sus propias heces.
Es un problema que se debe abordar desde un doble punto de vista: farmacológico y educacional. Debe hacerse entre veterinarios clínicos y expertos en el comportamiento animal. O al menos, entre un veterinario y un educador (en casos no muy graves).
El pronóstico es mejor cuanto antes se diagnostique la patología y menos severos sean los síntomas. Si esperamos a que la sintomatología sea excesiva, probablemente sea muy tarde para resolver el problema.
Leishmanniosis
Una vez más, acabando el verano, queremos recordar la importancia de efectuar a los perros un análisis de sangre para determinar si se ha infectado de leishmaniosis.
Es ésta una enfermedad transmitida por mosquitos y que supone un serio riesgo para la vida de nuestra mascota. Para que el tratamiento sea efectivo, debemos contar con un diagnóstico precoz. Así que, aunque no veamos signos de enfermedad en nuestro animal, debemos hacer el análisis.