Nos cuenta el croata Zan Tabak que a sus 47 años su ilusión en la vida ahora mismo es dar todo lo que el baloncesto le ha dado a él. Por eso presentó a la empresa Be One, concesionaria del polideportivo de la calle Luigi Boccherini, un proyecto muy ilusionante: la Tabak Basketball Academy. Un proyecto distinto con varios objetivos y uno por encima de otros: formar personas. Después, dice, “ya llegará el jugador de baloncesto”.
Zan Tabak jugó, entre otros equipos, en el Real Madrid, Joventut de Badalona o Unicaja Málaga. Además, pasó seis temporadas en la NBA, donde fue pívot de Houston Rockets, Toronto Raptors, Boston Celtics o Indiana Pacers. Como preparador, ha sido segundo en el Real Madrid y primer entrenador en el Caja Laboral (actual Baskonia), Fuenlabrada o Maccabi Tel Aviv.
Del balonmano a la canasta
Nos habla de la antigua Yugoslavia. De pequeño le gustaba jugar al balonmano: “Era más alto que los otros chicos. Con 14 años medía 1,97 y superaba en mucho a los demás. Mi padre me dijo que no valía para ese deporte y, a través de un primo que jugaba en la Jugoplastika, empecé a jugar al baloncesto. Mi recuerdo es muy bueno: el entrenamiento, el control de los jugadores y la metodología que existía, nos hacía estar tres pasos por delante del resto de los clubes europeos”.
Lo recuerda como una gran época en su vida deportiva y, sobre todo, en su vida personal. Gracias al baloncesto conoció a su mujer, con la que comparte su vida desde ese momento. Ha jugado con grandes jugadores: Kukoc, Radja, Pertrovic, Djordjevic, Riva, Meneghin, Olajuwon, entre otros muchos.
Vivir la guerra en primera persona
En 1991 estalla la guerra de los Balcanes. “Desde el punto de vista deportivo, fue negativo porque se partió todo. Pero desde el punto de vista político, llegó una nueva era democrática, de libertad. Croacia pasó a ser un país independiente y paso a poder decidir por su cuenta sobre sus asuntos. Y esto es algo positivo. La guerra se hizo para que Croacia pudiera tener una vida mejor, así que la vida no se podía parar”, afirma.
Y prosigue: “Gran parte de mi familia estuvo allí durante el tiempo que duró la guerra. Mi mujer, en particular, estuvo solo un año allí y después se vino conmigo a Livorno, donde comencé a jugar”.
En la olimpiada celebrada en 1992 en Barcelona, Croacia, país ya libre, consigue su mayor hito como selección conquistando la medalla de plata. Se enfrentó al que se le bautizó como el Dream Team americano: Magic, Jordan, Bird, Edwin… una hornada irrepetible.
Segundo europeo en la NBA
Tras la guerra y un par de años en Italia, por fin da el salto a la NBA. Allí Tabak ganó su anillo con los Rockets en 1995. “El hecho de que fui el segundo europeo en lograrlo te dice lo importante que es deportivamente hablando”.
Zan resta cierta importancia a esos momentos entrañables en su carrera deportiva: “Yo siempre me he considerado más ser humano que jugador, así que los que más me han marcado son mis padres y amigos míos, no gente que mete cuarenta puntos una noche. Soy malo para las anécdotas y para escoger momentos”, reconoce.
Sobre las personas que más le han influido, contesta sin dudar: “Mi padre y mi madre, porque me enseñaron unas buenas bases para que yo construyera por encima cuando salí de casa. Si me hubieran enseñado unas malas bases, todo lo que hubiera construido después se habría a caído. También menciona a Joan Plaza, actual entrenador del Unicaja, al que considera un “maestro y pedagogo como entrenador” y la oportunidad que le dio Isiah Thomas para trabajar como ojeador de los New York Knicks.
Tabak Basketball Academy
El centro deportivo BeOne pone en marcha la Tabak Basketball Academy, una nueva escuela deportiva de baloncesto dirigida por el exjugador croata de la NBA Zan Tabak.
La escuela está dirigida a niños y jóvenes de entre 6 y 18 años a los que les guste el baloncesto. Tiene como objetivo aprender y mejorar la técnica del baloncesto de la mano de grandes profesionales. En septiembre empezará a funcionar y en estos meses previos habrá sesiones de puertas abiertas. Según nos dice Zan Tabak, “este es un proyecto para largo, mínimo diez años. Vamos a comenzar con mini-basket y poco a poco iremos creciendo. Quiero formar personas, no quiero que los chicos vengan a la escuela a ser famosos”.