SAMUEL TEJADO AGUADO
El cabeza de lista de UPyD a la alcaldía boadillense nació en Madrid en 1979 y es licenciado en Derecho por el Colegio Universitario Cardenal Cisneros y Máster del Instituto de Empresa; está casado y es padre de una niña. Vecino vocal de la Junta de Distrito de Hortaleza (Madrid) por UPyD, ha desarrollado su carrera profesional en el sector privado y, más reciente, en la empresa pública Adif. Trabaja en una tesis doctoral sobre cómo evitar la corrupción. Se afilió por primera vez a un partido político, UPyD, en 2011, donde es miembro de la Oficina de Buenas Prácticas.
Unión Progreso y Democracia (UPyD) de Boadilla cambia casi por completo de caras para afrontar los comicios de este mes. Tras un proceso interno de primarias, será Samuel Tejado quien tome el relevo de Gudelio Oliver, quien renunció a seguir al frente por motivos personales. Tejado explica a Sólo Boadilla que “hemos llevado a cabo conductas ejemplarizantes en municipios como Madrid, donde hemos renunciado al 50 por ciento de nuestro sueldo para donarlo a becas comedor”. La suya es una apuesta por la transparencia y la austeridad; “las personas, en primer lugar”, señala.
¿Con qué lista se presenta? Avalamos un equipo muy potente, profesional y con experiencia en la vida pública y privada. Llevamos cuatro años preparando un programa que, casi por completo, se nutre de propuestas de los vecinos.
Háblenos de sus propuestas En primer lugar, una bajada generalizada de impuestos, excesivos para hacer frente a la carga administrativa que soportamos. Pensamos reducir de siete a cuatro el número de concejalías, y las tenencias de alcaldía de cuatro dos.
También valorar la función de la EMSV, y eliminarla si no está clara su función o no se justifica.
Hay que reestructurar los sueldos de los concejales y suprimir cargos de confianza. Nuestra estrategia se basa en hacer lo que decimos: confianza, austeridad y seriedad, poniendo a las personas por delante de todo.
Proponemos un tercer instituto e instaurar enfermera, logopeda y psicólogo en los centros educativos donde falten. Queda mucho por hacer: no es de recibo que el IES Máximo Trueba, con 1.200 alumnos, carezca de comedor. Tampoco que se prime el precio de servicios como las escuelas infantiles; es casi un arrendamiento de espacios. Hay que gestionar de forma lógica.
En cuanto al Palacio del Infante Don Luis, debe convertirse en reclamo para la gente de Madrid. Eso sí, de momento no se habla de lo que va a suponer mantenerlo.
IBI y PGOU derogado. Bajaremos el IBI un 20 por ciento bonificándolo al máximo. Supone unos tres millones y medio de euros por año que se ahorrarían de partidas como las citadas con anterioridad. Además, queremos bonificar del todo la licencia de primera actividad en los negocios y suprimir el servicio de estacionamiento regulado (zona azul de aparcamiento).
En cuanto al PGOU, es un disparate duplicar la población actual tal y como se propone: no encaja con los criterios que trajeron a Boadilla a la mayoría de sus vecinos. Todo este tiempo se ha mantenido el plan Panero-Gürtel, una grave negligencia del actual equipo de gobierno que obliga a valorar responsabilidades políticas. Las sentencias de los tribunales son para cumplirlas, y aquí no se ha hecho. El anterior plan, y el ahora propuesto, afectan negativamente a miles de familias, depreciando sus propiedades y comprometiendo servicios e infraestructuras.
¿Qué valoran para el transporte? El Metro Ligero es lento y caro. Hay que conseguir un precio del billete más barato y buscar algún convenio de bonificación. Impulsaremos un autobús lanzadera a Colonia Jardín por la mañana y otro por la tarde para facilitar el acceso a Madrid, también de los estudiantes. Y hay que reorganizar el transporte público al Hospital Puerta de Hierro, que no funciona ni por tiempos ni por frecuencia.
Para los jóvenes… Apostamos por viviendas tuteladas con un parque asequible de calidad. Además, falta ocio para la juventud. Hay que traer cultura específica para ellos, apostar por gente experta en la materia y aumentar la inversión, como se hace en otros pueblos. Desde luego, escuchar propuestas y trabajar en función de ellas.