Vaughan. Richard Vaughan… Estadounidense de Texas, pero español de adopción. De sus 66 años, lleva 40 dedicados a la enseñanza del inglés en nuestro país, a todos los niveles y con todo tipo de alumnos.
Su empresa, Vaughan Systems, que factura 21 millones de euros anuales (cierre agosto 2017) y tiene 500 empleados entre docentes y no docentes, no ha dejado de crecer. Un éxito que le ha llevado a ser objeto de deseo: en 2010 Ahorro Corporación tomó el 55% por 10 millones de euros (ahora en manos de la firma de capital riesgo MCH). Él conserva el 45% y sigue siendo presidente.
Emprendedor, de gran capacidad dialéctica, popular, dicen sus colaboradores que es adicto al trabajo. Innovador, no ha cesado de dar forma a originales ideas como el popular pueblo inglés o Vaughan Radio.
Se reparte entre sus dos grandes pasiones: el inglés y la composición de obras clásicas, para piano y guitarra, instrumentos que toca como aficionado. Cada cierto tiempo, una orquesta interpreta sus composiciones en un concierto público. Porque, como él dice, hay que ponerle a todo un código de barras: “Es una manifestación más de mi convicción de que toda persona posee el potencial para crear cosas de valor y que debe siempre intentar darlas a conocer. La historia nos ofrece una multitud de grandes creaciones, pero también de obras maestras que, por temor al fracaso, jamás vieron la luz y terminaron marchitándose en un cajón”.
¿Cuál es ahora el nivel de inglés de los españoles? Está mejorando. Los chicos que llegan a Bachillerato lo hacen mucho mejor que antes. Aunque hablan con acento español, han progresado en comparación a hace años. Lo que sucede es que se ha hecho desde una base tan ínfima que aún no es suficiente.
¿Son positivos los colegios bilingües de la Comunidad de Madrid? Se ha avanzado, en general, un 200%, incluidos los colegios bilingües públicos, como los de Madrid. Antes se enseñaba tan mal que aunque ahora no sea óptimo aún, al menos ayuda a los alumnos. Antes ni siquiera les ayudaba.
¿Es suficiente o hay que seguir preparándoles fuera de los colegios? Los padres deben seguir ocupándose de que sus hijos adquieran el inglés adecuado, en paralelo a los centros escolares. Porque es muy importante para ellos, va a seguir siendo la lengua franca. Los padres que no entienden esto son poco responsables.
Entonces, ¿cómo hay que actuar? Exponerles desde recién nacidos a la audición, llevar un profesor a casa desde pequeños, proporcionarles estancias en el extranjero cuando son adolescentes o jóvenes. Pero de calidad. Soy más partidario de buenas clases individuales que de campamentos de verano. A partir de la adolescencia, la mente se vuelve analítica y podemos comenzar con la gramática, pero antes hay que resolver el oído, la seguridad, la confianza. Porque el problema de los españoles es el miedo escénico.
¿Qué importancia tiene el profesor? Tienen que ser excelentes. De cero a diez, han de ser al menos de nueve. En este tema es mejor nada que malo.
¿Cómo saber si son buenos? Si aburre al niño y éste le rechaza, mejor dejarlo. Si espera con ilusión el día de la clase, no ha de soltarse nunca a ese profesor. Una forma de que los padres no tengan remordimientos a la hora de despedirle y de no herirle, es no comprometerse desde el principio. Decirle que es algo puntual y ponerle a prueba sin que él lo sepa. Si funciona, se le pide que continúe; si no, aquí no ha pasado nada y es fácil para ambas partes.
Pero esa mejora del nivel podría ir en contra de empresas como la suya… Si sigue este ritmo de progreso, en 20 años desaparecemos si no nos especializamos en aspectos concretos de la comunicación alrededor del inglés, como expresarse en público o la eficacia en la trasmisión de mensajes en reuniones de trabajo. Son aspectos muy importantes que deberíamos cuidar mucho. Hay personas que se quedan rezagadas en su desarrollo profesional porque no saben expresarse bien. Quien domina el arte de la comunicación está mucho mejor preparado para dominar su vida. Es la diferencia para progresar de puestos técnicos a los de dirección. El buen comunicador sale adelante en muchas más ocasiones que quien no lo es.