Ricardo Alvarez Solla salió hace 27 años de Valladolid rumbo a Madrid “con una mano delante y otra detrás, con muchas ilusiones y un sueño muy claro: poder dirigir”. Ahora, cuando echa la vista atrás, se siente orgulloso del trabajo realizado y de poder vivir de lo que más le gusta del mundo,“soy director las 24 horas del día, un loco de mi profesión. Es un sentimiento que se lleva por dentro”, afirma.
¿De dónde te viene esta pasión?Pues se la debo a mis abuelos. Ellos me llevaban mucho al cine. No necesariamente a ver películas infantiles, sino la que tocara. Así empecé a pensar que yo quería hacer lo que veía allí. Con 15 años, asistí a mis primeros cursos en Valladolid y cada vez tenía más claro que lo mío era la dirección.
¿Cómo fueron tus primeros años en Madrid?Fueron duros. Estudiaba mucho y dormía poco. Tenía que trabajar por las noches para poder pagarme los estudios. También recuerdo con cariño algunas cosas como sacarme el abono de la Filmoteca y que justo estuviera previsto un ciclo completo de Berlanga, uno de mis directores favoritos. Ver películas antiguas en pantalla grande es un privilegio. Es cine con menos técnica, pero con un trabajo de actores impresionante.
¿Y tu llegada a la televisión?Empecé desde abajo, como auxiliar de producción.Pero es así es como se aprende nuestro oficio. Después fui coordinador de figuración, auxiliar de dirección, segundo ayudante de dirección, primer ayudante de dirección y, en ese momento, se cruzó la televisión en mi camino.
Comencé con una serie que se llamaba Menudo es mi padre con El Fary. Luego me ofrecieron ser primer ayudante de dirección de Compañeros y después de 7 vidas. Tras 24 capítulos, llamé a la puerta de uno de mis jefes y pedí la oportunidad de ponerme detrás de la cámara. Desde entonces, ya son 20 años dirigiendo series de televisión. Aída, Matrimonio con hijos, La familia Mata, Gym Tony, La Gira para Disney Channel, La noche de José Mota para Tele 5...
¿Siempre comedia?Ha sido el 90 % de mi trabajo en televisión. Parece que dirigir comedia es muy fácil, pero no lo es. Un mal drama se puede maquillar en montaje, pero una mala comedia no se puede arreglar. He tenido la suerte de trabajar y aprender a hacer comedia de la mano de grandes actores como Amparo Baró,Javier Cámara o Blanca Portillo.
Ahora estoy con un drama como es Mercado Central [es uno de los directores de capítulos] y estoy muy contento. Tenemos un equipo fantástico y además tardo seis minutos en llegar al plató (ríe) [los estudios están en Prado del Espino]. ¡Es un lujo!
También estás dirigiendo teatro, ¿verdad?Sí. He dirigido Apellidos madrileños y Memoria Histérica. Ambas las ha escrito un buen amigo, José Boto, con quien también me unen muchos años de trayectoria profesional. Nos conocimos en 7 vidas. Él era animador de público y yo ayudante de dirección. Y tengo otra por estrenar que se llama Naufragados, con Óscar Reyes (el actor que interpretaba a Machu Picchu en Aída).
Dirigir teatro es muy especial por la relación que tienes con el actor y el espectador. Una relación muy directa. Me gusta mucho la desnudez del teatro. Es a pecho descubierto. No puedes retocar nada.
Estás muy implicado con la iniciativa 'Bruno, Juntos por ti'...Sí, conocí a los padres de Bruno nada más llegar a Boadilla. Y nuestros hijos además se llevaban muy bien. Cuando ocurrió lo de su enfermedad, todo el grupo de amigos decidimos hacer algo para ayudarles con las facturas médicas y así surgió la Gala de Monólogos y la Carrera Bruno, Juntos por ti. En este año celebraremos la 5ª Gala y la 4ª Carrera. Siempre hemos contado con el apoyo del ayuntamiento y de grandes amigos y profesionales de la comedia como Santi Rodríguez y José Boto.
Además, estamos preparando un documental con la historia de Bruno. Tenemos guion, productora y estamos buscando financiación. Se llamará La bici de Bruno y tiene un toque de esperanza a pesar de la tristeza que produce su enfermedad.
¡Pues tienes un 2020 repleto de proyectos!La verdad es que sí, más todo lo que surja. Seguimos con Mercado Central, esperamos estrenar Memoria Histérica en Madrid, me gustaría que el 2020 fuera el año del documental sobre Bruno, seguiré dando clases en La Bobina (Barcelona)..., pero todo con tranquilidad. Lo que yo quiero es contar historias y eso, afortunadamente, lo estoy haciendo. Y además, puedo vivir de ello.