Reportaje

Patinaje sincronizado: la belleza en el hielo

Cinco vecinas de Boadilla forman parte del equipo junior de patinaje sincronizado Team Mirum Majadahonda. Es el único de esta bella disciplina en España y nuestra representación en mundiales y europeos, en los que gozan de gran prestigio. Detrás de todo, mucho trabajo y las dificultades económicas tan comunes a otros deportes.

 

Natalia Salvatierra, Alicia de Eguia, Arancha González, Sofía Sanz y Lucía Porcar son las cinco vecinas de Boadilla que forman parte del Team Mirum de patinaje sincronizado.

Estas jóvenes, de entre 14 y 17 años, tienen un ritmo de vida que muy pocos aguantarían. Madrugones de tormento, fines de semana plagados de entrenamientos, competiciones, viajes... todo ello sumado a la rutina escolar de cualquier estudiante. Sin embargo, y a pesar del esfuerzo, ellas se muestran felices y entusiasmadas con lo que hacen.

Para los que no estén familiarizados con esta disciplina, el patinaje sincronizado sobre hielo es un deporte nacido del patinaje artístico. Se practica en equipo y es uno de los deportes más espectaculares –se basa en la formación de figuras con fluidez y técnica de manera coordinada entre los integrantes del equipo- y desconocidos en España.

El equipo está formado por 16 patinadoras y dos suplentes. Todas ellas realizan, en perfecta armonía, bailes, saltos y toda clase de movimientos que dejan al espectador anonadado.

Esta temporada el equipo es prácticamente nuevo. Respecto al año pasado solo permanecen cuatro patinadoras. Algunas del equipo sénior han tenido que dejarlo por falta de tiempo y esto ha obligado a que integrantes del equipo junior suban de categoría.

En el caso de Sofía, por ejemplo, pertenece al equipo junior y sénior a la vez, pero no es la única que tiene que hacer doblete. "Hemos mejorado un montón, y aunque esta temporada todo parezca más difícil con el equipo nuevo, por ahora estamos manteniendo el nivel y vamos a por todas. Como si cada día fuera una competición", nos cuentan las patinadoras.

Algunas, como es el caso de Natalia o Lucía, vienen de la modalidad individual. En el equipo creen haber encontrado su sitio: "En individual hay mucha competitividad. En sincro, te sientes parte de un grupo. Es muy divertido. Compartes viajes, vivencias y muchas horas de entrenamiento. Nos ayudamos entre todas para ser mejores", relatan.

Un horario muy sacrificado

Detrás de tanta perfección, armonía y belleza, hay trabajo, trabajo y trabajo.

Muchos días se despiertan a las cinco de la mañana para aprovechar los horarios tan limitados de la pista de hielo. Entrenan una hora y media (de 5.45 a 7.15) y de vuelta al colegio. Hay jornadas en las que el entrenamiento es por la noche, así que llegan a casa casi a las 12. Los fines de semana también entrenan. Los sábados en el Centro de Alto Rendimiento (CAR). Y los domingos, a mediodía, en la pista de hielo. En resumen, se entrena una media de tres o cuatro días a la semana, alternando hielo, ballet y entrenamientos físicos.

La clave de todo, según nos cuentan, es la organización. Aunque según van pasando los años la carga de trabajo es mayor, con una buena organización es posible adaptarse a este ritmo que llega a ser fatigoso. Natalia, que termina este año segundo curso de bachillerato, nos confiesa que está agotada: "Por ahora lo llevo todo bien, pero a veces me faltan horas. Los sábados me levanto también a las siete de la mañana para estudiar y así poder ir a entrenar con el trabajo hecho", cuenta.

Un deporte muy costoso

Entrenan en el CAR porque pertenecen a la federación española de todos los deportes. Son el único equipo de patinaje sincronizado de España, así que son las responsables de llevar el nombre de nuestro país a todos los rincones del planeta.

La federación pone el equipamiento oficial y 300 euros de ayuda por cada patinadora. Una cantidad que no cubre los gastos de un deporte que es más caro de lo que parece. Si sumamos las horas de hielo, desplazamientos, trajes, viajes y alojamientos... el total asciende a 5.000 euros anuales por patinadora. Un gasto que corre por cuenta de los padres.

Por ello, el equipo está inmerso en la búsqueda de patrocinadores para solventar este gran desembolso, al que se enfrentan cada temporada: "Somos conscientes de que el patinaje no es un deporte muy relevante en nuestro país, pero el campeón del mundo [el madrileño Javier Fernández] es español. Hay deportes a los que se da muchísima más difusión y no ganan nada. Nosotras hacemos un esfuerzo enorme y merecemos más reconocimiento", explican sin disimular su indignación las jóvenes deportistas.

Futuras competiciones

En enero, van al campeonato absoluto de España, en Jaca. Las competiciones europeas también comienzan pronto. En febrero viajan a Suecia y a Milán para el europeo. Y concluirán con el mundial, que este año se celebra en Croacia.

Para finalizar, las deportistas piden, además de más dinero y algún patrocinador, que se le dé más difusión a este deporte y que el público se acerque a conocerlo en las exhibiciones públicas que realizan durante el año.

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