Es una futura promesa de la gimnasia rítmica. Judith Vázquez, boadillana, es una chica menuda de 13 años y estudiante de 2º de ESO en un instituto de la localidad. Su pasión: la gimnasia rítmica. Empezó a los 6 años junto a su hermana, un año mayor que ella, en el Club de Gimnasia Rítmica de Boadilla del Monte. En 2011 se cambiaron al CGR Pozuelo, “ya que había más nivel y se presentaban a más competiciones”, nos cuenta. En 2012, en la modalidad conjunta, quedaron campeonas de España en la categoría alevín. Ya en 2013, movida por ir un poco más allá, empezó a practicar la modalidad individual, esta vez en el Centro de Rendimiento Distrito III de Alcalá de Henares, donde entrena actualmente.
Desde sus comienzos en este deporte, Judith ha conseguido clasificarse cada año para acudir al campeonato de España, al que solo acuden cinco gimnastas de cada categoría y comunidad. El año pasado se clasificó, junto a otras cuatro gimnastas para representar a Madrid en el Campeonato de España de edad escolar del Consejo Superior de Deportes. Y este año, se ha clasificado para representar a Madrid, junto con otras dos gimnastas, en la Copa de la Reina.
En 2013 pasó a competir en la modalidad individual. Estaba en un campamento de gimnasia rítmica y la monitora se lo aconsejó. “Lo probé y me encantó. El primer año ya fui al campeonato de España”. “En individual –nos cuenta Judith–, solo dependes de tí. De nadie más. Me gusta ver hasta dónde puedo llegar. Y si fallo, lo hago yo. Lo mismo también si gano”.
La preparación no se limita únicamente a las horas de entrenamiento en el club. En casa practica constantemente, incluso llevándose por delante algún que otro mueble. Pero lo que más le gusta es ver videos de competiciones y sacar ideas para proponérselo a su entrenadora.
Organización y disciplina
Su éxito para salir adelante con la gimnasia, entrenando a diario, y los estudios, está en la organización y en la disciplina que también le aporta este deporte. “Yo llevo todo muy al día. Y en clase, si tengo un hueco, adelanto los deberes porque llegando a las 10 de la noche no da tiempo a nada”.
Lo peor, nos cuenta, es que algunos profesores no entienden esta situación e incluso han llegado a decirle que deje la gimnasia. “Aquí, en España, no se potencia que se haga deporte y estudies. Solo se da prioridad a los estudios”, se lamenta su madre, Mercedes. “Actualmente, la única alternativa es estudiar en el centro de alto rendimiento, para te tienen que seleccionar, a falta de institutos de tecnificación en Madrid, como sí hay otras comunidades autónomas”, afirma.
Judith lo tiene claro: le gustaría dedicarse de forma profesional a la gimnasia rítmica. Pero es una disciplina dura y en la que, lamentablemente, la única salida en España es ser entrenadora.
Ni que decir tiene que es un deporte muy sacrificado: entrenamientos diarios, mucho tiempo de viaje para salvar la distancia que separa Boadilla del Monte de Alcalá de Henares… Así que vida social, la justa. Hace años que no va a cumpleaños y que no tiene una tarde para quedar con sus amigos. Pero nos confiesa que para ella merece la pena porque es algo “que me llena y que quiero hacer hasta que el cuerpo aguante”.
Sabe que podría ganar tiempo entrenando en algún club de los alrededores, pero el de Alcalá “es el club con mejores resultado de Madrid y me gustan mucho los ejercicios que prepara la entrenadora. Irme a otro podría suponer no clasificarme para algún campeonato”, sentencia.
Está muy contenta de vivir en Boadilla. Le gusta la tranquilidad del municipio y la seguridad de pasear y estar en la calle desde pequeña sin miedo a que te pase nada. “Lo malo es que no hay muchas cosas que hacer. Si quieres ir a algún lado, siempre tienes que depender de que tus padres te lleven. Me gustaría que hubiera unos cines o un centro de ocio, como el Heron City… un sitio cerca, al que pudiéramos ir andando.”
No quiere despedirse de nosotros sin antes hacer hincapié en “lo poco agradecido que es este deporte en España. Aquí una gimnasta olímpica no puede vivir de ello, pero en otros países, caso de Rusia, sí. Y encima, los medios de comunicación le dan la importancia y el espacio que merece”.