Insistimos en que no sólo causan molestias sino que, además, son vectores de transmisión de enfermedades muy graves, tanto para los animales como para las personas que convivimos con ellos. Entre ellas podemos destacar las siguientes:
Leishmaniosis: transmitida por el mosquito Phlebotomus spp a perros y, ocasionalmente, a las personas (es imposible contagiarse si no es por picadura del mosquito transmisor).
Ehrlichiosis: enfermedad de Lyme y babesiosis: transmitidas por garrapatas. Afectan tanto a los animales como a las personas.
Filariosis: transmitida por mosquitos a los perros y gatos.
Teniasis: transmitidas por pulgas.
Además de estas enfermedades, en casos de infestaciones masivas por pulgas o garrapatas, se pueden dar casos de anemia al alimentarse de sangre estos parásitos.
Cómo combatirlos
Para combatir a los parásitos tenemos una batería de fármacos que les repelen y/o eliminan. Estos antiparasitarios usados solos o, preferiblemente, en combinación, proporcionan niveles de protección muy elevados a nuestras mascotas.
Es fundamental la prevención. La herramienta más eficaz para lograr ese objetivo es seguir un calendario anual de desparasitación externa, supervisado por su veterinario.