El monte de Boadilla es nuestra gran joya y uno de los atractivos del municipio. Sus cerca de 900 hectáreas repletas de encinas, fresnos y pinos representan uno de los principales pulmones toda la región. Además de ser el hábitat de multitud de especies animales, como conejos, aves, zorros, jabalíes o reptiles, entre muchas otras.
Para hacer posible toda esta variedad de flora y fauna, el agua juega un papel fundamental. Además de las aguas subterráneas, el arroyo de la Fresneda, que discurre paralelamente a la M-513, divide el monte en la zona norte y sur para acabar desembocando en el río Guadarrama.
Responsabilidad de todos
Estudios e informes realizados en los últimos años han demostrado que, coincidiendo con la llegada de más vecinos al municipio y, sobre todo a partir de la pandemia, el uso del monte se ha intensificado, entrando en conflicto las costumbres de los vecinos y visitantes con la protección y conservación de su biodiversidad.
Además, el paso constante de viandantes y ciclistas monte a través ha provocado que se abran surcos y viales que no existían, por los que discurre el agua rápidamente, erosionando y desgastando aún más el terreno y poniendo en peligro la integridad tanto del monte como de las personas. Además, se perturba a especies que huyen ante la presencia humana.