A finales de 1980, 28 profesores de distintos colegios, unidos por una idea en común de lo que era para ellos la educación, de cómo debería ser un buen colegio, se pusieron a trabajar en el proyecto Colegio Mirabal.
Reportaje
Mirabal International School: 40 años en primera línea
“Queríamos un proyecto educativo vanguardista, con atención personalizada a los alumnos, atención indivualizada a las familias... Como objetivo, buscábamos el desarrollo integral de nuestro alumnos. Ya entonces los pilares de nuestro proyecto fueron la enseñanza bilingüe español-inglés, la música, el deporte y la educación en valores: tolerancia, respeto, pluralidad... La inteligencia emocional”, recuerda Rosario de la Cruz (para todos, Charo), presidenta del Grupo Mirabal, y entonces una joven profesora de 22 años.
En definitiva, un concepto educativo inexistente en la España de 1982.
En Boadilla del Monte, un municipio con apenas 7.000 habitantes en 1981, encontraron una parcela grande para levantar su sueño. Así abrió las puertas en 1982 el Colegio Mirabal en la urbanización Olivar de Mirabal.
“Y en 2000 los niños de dos años llegaron a las aulas. Como no cabíamos aquí, tuvimos que levantar en otra parcela el Mirabal Infantil”. Hoy el centro cuenta en sus dos sedes con 1.900 alumnos y 170 docentes.
Los inicios no fueron fáciles, “pero tuvimos suerte”, recuerda Charo.“¡¡Empezamos ese curso con 900 alumnos!! La mayoría niños de Madrid y alguno de los alrededores (Majadahonda, Pozuelo, Aravaca, Las Rozas...) porque Boadilla entonces era más pequeña... ¡Y eso que no teníamos las instalaciones terminadas! Fue una gran éxito para nosotros que todas esas familias confiaran en nuestro proyecto...”, reconoce. Hoy el grueso de su alumnado es de Boadilla del Monte. "De Madrid, por las complicaciones del tráfico, ya vienen menos", nos cuenta.
El colegio nació como una cooperativa de profesores. "Hacíamos de todo: dábamos clases, se pintaba un aula si hacía falta... con un muy buen ambiente entre los socios, lo que al final también lo notan los padres y los alumnos", recuerda.
¿Qué tiene en común ese proyecto de 1982 con el Mirabal actual?
La esencia del proyecto sigue siendo la misma: la educación en valores, la enseñanza de idiomas –ahora multilingüe: inglés, francés y alemán–, la práctica diaria de deporte para fomentar en nuestros alumnos un estilo de vida saludable, una escuela de música que es una referencia, la atención indivualizada y personalizada a alumnos y a las familias...
Y echando la vista atrás, ¿qué ha cambiado?
De la tiza hemos pasado a la pizarra digital; de los cuadernos, a la tablet, pero el alumnos sigue siendo la prioridad. Si por algo nos hemos caracterizado siempre en el ámbito educativo es por ir por delante. Siempre he sido partidaria de avanzar. Fuimos de los primeros colegios en introducir la tecnología en el aula, lo que implicó un cambio de las metodologías educativas. Eso requirió un gran esfuerzo de formación del profesorado.
Algunos padres fueron reacios al principio, pero luego se dieron cuenta de que eso enriquecía el propio proceso de aprendizaje. Hoy en día no se entiende trabajar con los alumnos de otra manera.
Convertimos al alumno en el protagonista de su propio aprendizaje: descubre, investiga y hace suyo lo aprendido. Es apasionante ver cómo trabajan conjuntamente, cómo adquieren diferentes roles... algo impensable hace unos años no muy lejanos. También fuimos pioneros con el Bachillerato internacional.
Hace casi tres años, el grupo internacional Inspired compró el colegio. ¿Qué ha supuesto esto para el proyecto Mirabal?
Inspired tiene más de 80 colegios en todo el mundo, 14 de ellos en España. Son colegios de excelencia: los mejores. A ellos les gustó mucho el colegio y a nosotros lo que pensaban hacer ellos aquí, respetando los pilares con los que nació el colegio.
Pertenecer a este grupo enriquece al colegio porque se establecen sinergias con otros colegios internacionales beneficiosas para los centros, los alumnos y las famililias.
Nosotros aportamos al grupo nuestra experiencia en música y deportes, por ejemplo. Otros, la suya sobre artes escénicas...Hay reuniones de dirección donde se intercambian prácticas y protocolos entre departamentos de todos los países para seguir mejorando y buscando la excelencia.
Para nosotros ha sido realmente importante y creo que muy enriquecedor para los alumnos y para las familias. Por ejemplo, los alumnos de Bachillerato disponen de una plataforma para buscar universidades internacionales, los perfiles que exige cada universidad...
“Pertecener al grupo Inspired nos aporta, no nos resta. Y se he hecho respetando siempre la filosofía Mirabal“
También en el grupo se hacen concursos de ajedrez, matemáticas, conferencias que dirigen los mismos estudiantes... Y por supuesto, el grupo ha hecho en muy poco tiempo una inversión importante para mejorar las instalaciones: patios, aulas, biblioteca..., que nosotros solos no hubieramos podido hacer en tan corto plazo.
Mi opinión como directora es que nos ha enriquecido. Nos aporta, no nos resta. Y se he hecho respetando siempre la filosofía Mirabal.
¿Momentos difíciles durante estos 40 años?
Más allá de los nervios de los inicios, yo diría que lo más difícil ha sido el covid. Cerrar el colegio de un día para otro y volverlo a abrir con un montón de medidas y restricciones tras el confinamiento. Y aquí sí que fue muy importante la experiencia previa de los centros de Inspired en Italia. Cuando la epidemia llegó a España, nosotros ya estábamos preparados y desde el primer día impartimos las clases online de 9 a 17 h.
¿Cómo van a celebrar el 40 aniversario? Haremos una gran acto en noviembre-diciembre. Pero es algo que estará presente durante todo el curso en el colegio y que involucrará a toda la comunidad escolar.