Reportaje

Megan Maxwell: “El sexo será tabú siempre”

Megan es todo sonrisas y buen humor. Sus novelas eróticas han sido un soplo de aire fresco para muchas parejas. Una escritora de éxito que ha decidido volver a vivir a Boadilla porque le encanta.

 

Española, pero nacida en Alemania…

Así es, mi madre emigró a Alemania en los años 60, como muchos españoles. Allí conoció a mi padre, que pertenecía al ejército norteamericano y estaba destinado en la base americana. Mi madre y mi padre no llegaron a casarse porque a él le destinaron a otro lugar antes de que llegaran los papeles de España para poder formalizar la relación. Total, que mi madre se quedo sola conmigo en Alemania. Además en España nadie sabía que yo había nacido, en aquella época ser madre soltera estaba muy mal visto. A ella se le hacía muy difícil trabajar y criarme sola, así que llamó a su padre –mi abuelo– que nos llevó de vuelta a España. Estuve muy poquito tiempo viviendo Alemania. 

¿Cómo empezó tu afición por la novela romántica?

Siempre he sido muy lectora de novela romántica porque mi madre lo era. Me picaba la curiosidad saber qué leía ella con tanta avidez, así que cuando cumplí los 14 años, le pedí que me dejara leer una. Y me dejó la que es hoy mi novela preferida, El Rescate, de Julie Garwood, una novela medieval ambientada en Escocia. Desde ese momento me puse a leer novela romántica como loca. Me gustaba mucho, aunque siempre les encontraba alguna pega y quería cambiar algo. No me gustaba, por ejemplo, que las mujeres parecieran indefensas, siempre un pasito por detrás de los hombres. 

Y de lectora a escritora…

Pues sí. Un día, aburrida en casa, cogí papel y boli y me puse a garabatear. A los tres o cuatro días me di cuenta de que tenía unos personajes y decidí continuar a ver qué salía.  Así que por las noches, cuando todo el mundo se iba a dormir, le dedicaba un ratito. Tenía todos los folios escritos por encima de la mesa y cuando mis amigos me preguntaban qué era eso, yo contestaba que eso era casi una novela. De hecho cuando la terminé, la titulé así, Casi una novela. 

"No tenía padrinos en el mundo editorial, llevaba trabajando desde los 17 años para ayudar a mi madre y no se me pasaba por la cabeza dedicarme a escribir de manera profesional"

Pero no publicaste inmediatamente, ¿no?

No, no tenía padrinos en el mundo editorial, llevaba trabajando desde los 17 años para ayudar a mi madre y no se me pasaba por la cabeza dedicarme a escribir de manera profesional. Y eso que mi familia me animaba a hacerlo. Les gustaba mucho lo que escribía, pero claro, eran mi familia, qué iban a decir (dice entre risas). 

El punto de inflexión llegó cuando decidí hacer un curso de novela romántica para aprender a escribir mejor. Ya había enviado varias propuestas a diferentes editoriales y la respuesta siempre era “no”. De hecho, una de las cosas que me decían era que mis protagonistas femeninas eran demasiado fuertes, que tenían mucho carácter (sonríe con ironía). 

Uno de los objetivos del curso era escribir un par de capítulos de una novela. Yo, ya los tenía de antes, así que decidí terminarla y la titulé Te lo dije. Me daba vergüenza entregarla porque el profesor solo había pedido uno o dos capítulos, y yo tenía ¡una novela entera! Pero me insistió y le encantó. Me dijo que se había divertido muchísimo leyéndola y me propuso publicarla ya que él tenía una editorial pequeñita en Sevilla. 

Así fue mi primera publicación. La segunda me costó un poco más, pero al final lo hizo La Esfera de los Libros. Y seguí publicando con ellos hasta que un día Planeta llamó a mi puerta y hasta hoy.

¿Por qué te pasaste a la novela erótica?

Apareció en escena Cincuenta sombras de Grey, y mi editora me propuso escribir una novela erótica. Yo no me veía capaz, pero ella me hizo caer en la cuenta de que en todas mis novelas metía escenas de sexo. Así que me lancé. Lo primero que hice fue pensar cómo la iba a llamar, sin un título no soy capaz de ponerme a escribir, y se me ocurrió que la frase 'Pídeme lo que quieras' era muy erótica, algo que se pueden decir dos personas en un momento de “calentón”. 

"Pensando en el título de mi primera novela erótica se me ocurrió que la frase 'Pídeme lo que quieras' era muy sugerente, algo que se pueden decir dos personas en un momento de calentón”


Pídeme lo que quieras salió a la venta el 12 de noviembre de 2012 y, en ese momento, yo tenía unas 32.000 visitas en mi página web. El 14 de noviembre tenía 300.000 visitas. ¡Algo impresionante!

En principio pensé hacer sólo dos libros, pero la gente me pedía que siguiera con la historia así que, al final, han sido unos cuantos más. El año pasado, además, salió un spin-off de uno de los personajes, Yo soy Eric Zimmerman, y este mes de noviembre se ha publicado la segunda parte. 

¿De dónde te viene la inspiración?

Siempre busco un hombre fuera de lo común con el que dejar volar la imaginación. Y, a nivel sexual, lo llevo siempre al terreno del intercambio de parejas y a los tríos. La gente piensa que por escribir sobre esto yo me paso el día “poniéndolo en práctica”, pero no, se trata sólo de documentación. Ahora necesito investigar menos, pero cuando empecé con este género, busqué mucha información en internet y navegué por páginas web de locales swinger (intercambio de parejas). En uno de esos sitios me metí en un foro y me puse en contacto con dos parejas, que, después de contarles mi proyecto, me ayudaron mucho a entender mejor todo el mundo swinger. 

"Para inspirarme pienso en un hombre fuera de lo común con el que dejar volar la imaginación. Y, a nivel sexual, lo llevo siempre al terreno del intercambio de parejas y a los tríos" 

Lo curioso es que, a raíz de hablar de este tipo de relaciones en mis libros, se han puesto en contacto conmigo algunos locales para darme las gracias porque les había aumentado la clientela (ríe). Y a las ferias del libro de Madrid o Barcelona, vienen los dueños con mis libros para que se los firme y poder exponerlos en sus negocios.

¿Has pensado en escribir historias de amor homosexual?

Tengo varias novelas con personajes secundarios gays o lesbianas, pero protagonistas  de momento no. Soy consciente del público que me lee y a ese público le gusta lo que yo escribo ahora. De todos modos, he incluido esos personajes secundarios conscientemente, porque su sexualidad es tan normal como la mía que soy hetero. También tengo algún personaje transexual. Creo que es importante normalizar estas cosas. Todo el mundo tiene derecho a ser feliz y a acostarse con quien le dé la gana.

¿Te has sentido incomprendida por escribir sobre sexo?

Es imposible gustarle a todo el mundo. Cuando salió Pídeme lo que quieras, una mamá del cole me preguntó si no me había dado vergüenza escribir una novela erótica, entonces yo le pregunté si a ella no le había dado vergüenza leerla. 

He aprendido a aceptar las críticas, sino mueres en el intento. Es difícil porque ahora con las redes sociales – yo las llevo personalmente- las críticas son más a la persona que al trabajo, y eso duele. Un día una persona cercana me dijo, “¿tú eres feliz haciendo lo que haces? Pues disfrútalo. Que nadie te quite la felicidad que te produce”. En este tipo de trabajo solemos fijarnos más en lo malo, pero he aprendido a quedarme con lo bueno. 

¿Crees que las mujeres podemos ya expresar libremente nuestra sexualidad?

No del todo. Todavía quedan muchas barreras sociales que superar y el sexo siempre será algo tabú. Muchas mujeres que leen mis novelas me dicen que no pueden hablar de sexo con sus parejas porque si les plantean hacer un trío, por ejemplo, lo primero que piensan es “ya no le gusto”, “ya no me quiere”, “ya no soy suficiente”… Sobre todo mujeres entre los 45-55 años. 

No hablar de sexo en una relación es un gran problema. Algunas parejas me han dicho que cuando han ido a terapia les han recomendado mis libros porque en ellos los protagonistas hablan de sexo con naturalidad. 

"No hablar de sexo en una relación es un gran problema. Algunas parejas me han dicho que cuando han ido a terapia les han recomendado mis libros porque en ellos los protagonistas hablan de sexo con naturalidad" 

Por otro lado, aunque sea tirar piedras sobre nuestro propio tejado, a  veces somos las propias mujeres las que lo hacemos fatal. Queremos ser modernas, pero si otra hace algo que yo no me atrevo a hacer, digo de ella que es un “zorrón”. Menos mal que hay gente que ya ha empezado a abrir los ojos y han decidido ir, por ejemplo, a un local swinger, para coger “ideas”, aunque allí no hagan nada. 

¿Por qué llamas a tus lectoras “guerreras”?

Mis amigas me decían que mis personajes femeninos eran muy guerreras, así que abrí un grupo de Facebook con mis amigas, mi hija y yo y le llamé Las guerreras Maxwell. De ahí salió el nombre.

¿También tienes “guerreros”?

Sí, pero son más vergonzosos. Cuando un hombre lee una de mis novelas y le gusta me lo suele decir por privado. Yo le digo, “pónmelo en el muro” (en  Facebook), pero siempre me dicen que no porque sus amigos van a saber lo que leen. Muchos han empezado por las novelas eróticas, pero luego han descubierto que también se lo pasan bien leyendo mis novelas románticas. Mis obras no son “novelitas rosas”, esas se escribían en los años 40-50, yo cuento historias donde ocurren muchas cosas, algunas divertidas, y además hay una relación romántica. 

Proyectos de futuro…

Llevo como cinco años embarcada en un proyecto sobre brujas, una historia romántica con mucho humor, ambientada en la época actual.  Pero no encuentro tiempo para acabarla, saco tres libros al año (tengo novelas contratadas hasta el 2020) y eso es un esfuerzo tremendo. 

Ahora estoy trabajando en mi siguiente novela, la 5ª entrega de Las Guerreras Maxwell ambientada en Escocia, en el siglo XIII. 

Acabas de regresar a Boadilla, ¿verdad?

Sí, hace muy poquito, en primavera de este año. Y estoy encantada con mi casa y con Boadilla, ¡me gusta mucho! 

Megan Maxwell

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