Reportaje

Mauro Rodríguez, concursante en MasterChef Junior 3: "Pasé el primer casting haciendo un cocido madrileño"

A sus 11 años, este joven simpático, resuelto, muy educado y seguro de sí mismo, ha saltado a la fama gracias al programa MasterChef Junior 3, emitido en la 1 de Televisión Española. En la cocina le inició su madre cuando tenía ocho años. Sus primos, a quienes describe como sus mayores fans, aseguran que, en los fogones, Mauro nada tiene que envidiar a los adultos.

 

Este joven menudo tiene alma de líder y una enorme facilidad para las relaciones públi­cas. A sus once años, Mauro Rodríguez ha visitado ya los cinco continentes. Es futbo­lero (madridista hasta la médula). Practica kárate, hípica, esquí, snowboard, fútbol, bai­la... Todo sin descuidar sus estudios: acabó el curso pasado con un 9,5 de media. Aunque sus padres, vecinos del municipio de toda la vida, llevan años viviendo en los alrededores de Boadilla, siguen haciendo su vida aquí. El paso por la tercera edición del programa MasterChef junior, emitido en La 1 de Tele­visión Española, le ha lanzado a la fama. No llegó a la final, pero para él ya fue un lujo estar entre los 16 concursantes elegidos para participar en el concurso de entre los más de 6.000 candidatos que se presentaron.

¿Quién te animó a presentarte al concurso? Yo tomé la decisión viendo un día el pro­grama. Estaba convencido de que lo podía conseguir. Aunque necesité la ayuda de mis padres para rellenar el cuestionario, hacer todos los trámites por escrito que nos pedían desde la productora... y, sobre todo, la ayuda de mi primo Luis para hacer los videos cocinando. Mis primos y mi familia siempre me han animado mucho.

¿Cómo ha sido tu experiencia en Mas­terChef Junior? ¡Maravillosa! Una ex­periencia increíble, por los buenos ami­gos que he hecho, convivir día a día con ellos, todo lo que he aprendido sobre nuevas técnicas de cocina y los viajes que hemos hecho juntos. De hecho, quedo habitualmente con otros concursantes, sobre todo con los que viven en Madrid.

¿Qué destacarías de tu paso por el pro­grama? ¿Y lo más duro o peor? Lo me­jor: poder conocer la televisión de cerca. Comprender lo complicado y difícil que es filmar y que salga todo perfecto. Tam­bién todo lo que hemos aprendido o lo que nos han enseñado a la hora de tener cuidado para que no nos hagamos daño

en la cocina. Y sobre todo, la ilusión de ser seleccionado entre más de 6.000 ni­ños que se presentaron al concurso. Eso para mí ha sido ya un gran triunfo por­que había gente realmente buena.

Y lo peor... pues comprender que real­mente estábamos en un concurso y que los compañeros, inevitablemente, tenían que irse, sobre todo cuando se fue mi compa­ñero Ramón en el primer programa.

¿Cuándo te empezó a gustar la coci­na? ¿Quién te enseñó? Desde pequeño me gustaba ayudar a mi madre. Con ocho años empecé a hacer magia y me di cuenta de que la cocina también era magia, así que me interesó mucho y em­pecé por hacer platos de pasta, que es lo más fácil. Y luego aprendí un plato muy complicado con el que pase el primer casting: el cocido madrileño. Es uno de los platos que más me gusta preparar.

A parte de la pasta y el cocido madrile­ño ¿cuáles son los platos que más te gus­ta hacer? Ahora hago platos de pescado, carne y pollo con salsas. Lo que más me gustado es aprender la cocina japonesa y oriental y de otras partes del mundo, como el ceviche peruano. Yo he viajado mucho, y cuando viajas, aprendes también de cocina y gastronomía. Eso sí, algunos de estos pla­tos no puedo hacerlos en casa porque no es fácil encontrar los ingredientes.

Más allá de la cocina, ¿qué otros hob­bies tienes? Hacer magia, leer comics y practicar deportes como el fútbol, snow­board, surf, tenis, montar a caballo, ká­rate, y ahora bailar Funky y Hip Hop.

¿De dónde sacas tiempo para todo ello, y, además, para rendir con tan buen re­sultado en el colegio? La clave está en la organización. Si no, no consigues nada. Eso me lo han enseñado mis padres des­de que era muy pequeño... Lo primero son los estudios y leer mucho. Cada día, me apunto las páginas que tengo que es­tudiar para llevarlo todo al día. Luego, si me queda tiempo, hago lo demás. Es igual que hacer la maleta, que llevo des­de los 5 años haciéndomela solo.

¿Te gustaría ser chef de mayor? Me gustaría más estudiar una ingeniería, quizás en informática. Pero también me gustaría tener mi propio restaurante, en el que quizás aplicar alguna de las cosas aprendidas en mi carrera. Una especie de restaurante futurista (risas).

¿Qué te han dicho tus amigos al verte en la tele? Les ha gustado mucho y se han emocionado. Especialmente mi amigo Dani, que grabó conmigo uno de los ca­pítulos en Mérida. También me felicitaron los profesores y el director de mi colegio.

¿Cómo introducirías a la gente joven en la cocina? Pues les invitaría a que hicie­ran algún taller de cocina para empezar a hacer pequeñas recetas fáciles. Creo que tenemos que combinar el estar en casa jugando, y realizar tareas manuales con amigos, que son muy divertidas. Tam­bién les animo a cocinar con sus padres o con sus hermanos, porque así aprendes cómo comer y realmente te diviertes. Creo que en Boadilla podría haber cur­sos de cocina para niños. A mí me en­cantaría ir a ayudarles de forma altruista.

Vives muy cerca de Boadilla, estudias aquí y tus padres son de aquí... ¿Qué es lo que más te gusta del municipio? Sí, siempre he estado vinculado al municipio ya que aquí han vivido siempre mis pa­dres, mis abuelos, mis tíos y mis primos. Lo que más me gusta es que es muy verde, está lleno de parques y zonas donde pue­des ver la naturaleza. Estás muy cerca de Madrid, pero a la vez vives cerca de ani­males y plantas. Aquí puedo realizar todas las actividades deportivas que me gustan y estoy cerca de toda mi familia y amigos.