Una mascota sana también debe ir al veterinario. ¿Por qué? Porque nos permite valorar su estado y detectar signos precoces de determinadas patologías. Porque aprovechando el acto clínico de la desparasitación se pueden plantear dudas respecto a la alimentación, cuidados y salud de la mascota. El veterinario también nos puede dar consejos y actualizaciones sobre el bienestar animal.
El cachorro
En la primera visita del cachorro comprobamos su estado vacunal previo, la posibilidad de que tenga parásitos internos y/o externos, valoramos su salud general, si presenta taras genéticas, si existe hernia umbilical, controlamos la dentición… Se comprueban los órganos de los sentidos, el pelo, peso, respiración, etc.
Sobre esta base se aconseja un calendario de vacunaciones y desparasitaciones, se recomienda hacer determinados análisis (de heces muy frecuentemente) y se desarrolla un plan integral de salud que favorezca su adecuado desarrollo en una fase tan crítica de su existencia. Durante esta etapa sería ideal hacer revisiones mensuales ya que los cambios son muy rápidos.
El adulto
En esta etapa debería ser suficiente el planteamiento inicial de visitas trimestrales. Es una fase de mantenimiento en la que los animales están en su plenitud física. El veterinario debe comprobar las constantes vitales, la presencia de cojeras o alteraciones de la marcha, aspecto de las mucosas y estado físico en general.
El animal senior
Esta etapa comprende desde los 7-8 años en adelante. Debemos estar mucho más atentos a los cambios en el animal que pueden indicarnos el desarrollo de patologías crónicas como artrosis, insuficiencia renal, patologías cardiacas, diabetes, endocrinopatías, etc.
En las últimas fases de su vida trataremos de darles la mejor calidad de vida y para eso es fundamental que el propietario y el veterinario trabajen juntos.