Desde que en 2018 fue nombrado obispo de Getafe, es la primera vez que Ginés García Beltrán (Lorca, 1961) viene de visita pastoral a Boadilla. “Vengo aquí varias veces durante el año a las confirmaciones, con motivo de alguna festividad religiosa… Pero una visita pastoral es distinto. Vienes con más calma, a conocer la parroquia en detalle. Y la visita tampoco se queda ahí cerrada: allí donde me invitan, voy”, nos cuenta. Así que además de reunirse con los párrocos del municipio, los diversos grupos de fieles (catequesis, matrimonios, jóvenes…), o las hermandades, ha visitado colegios, empresas, el Ayuntamiento, el cuartel de la Guardia Civil…
Desde que en 2018 fue nombrado obispo de Getafe, este es el quinto arciprestazgo de los trece que componen la diócesis que visita. “En mi diócesis anterior [nueve años en Guadix, Granada] los hice todos. De esta me quedan ocho. Voy a necesitar doce o trece años para conocerlos todos como yo quiero”, reconoce. Pero en ello está.
¿Qué le ha llamado más la atención de las parroquias de Boadilla? La desbordante vida que hay alrededor de cada una de las tres parroquias, lo completas que son. Hay una gran participación y compromiso de los laicos en la vida religiosa, una gran afluencia de los jóvenes, mucha participación en la misa dominical, que también es algo muy importante, y cómo se están aplicando las nuevas propuestas de evangelización.
"Quisiera subrayar el gran trabajo de los sacerdotes. Su entrega, su dedicación ¡y lo queridos que son! Lo que hemos podido comprobar en cada parroquia"
Pero sobre todo, quisiera subrayar el gran trabajo de los sacerdotes. Su entrega, su dedicación ¡y lo queridos que son! Lo que hemos podido comprobar en cada parroquia. Javier Siegrist, Lage (que desgraciadamente falleció días pasados, coincidiendo con la visita a esa parroquia) y José María, en Las Lomas; o el padre Julio, una institución en Boadilla… Todos ellos son curas muy queridos. Todo esto no se improvisa cuando vengo yo, porque eso, si no existe, por mucho que se maquille, se nota. Hay un ritmo de vida en las parroquias tremendo.
¿Les ha puesto deberes? No. Se hace un acta de la visita pastoral a cada parroquia y yo doy al final unas exhortaciones o recomendaciones de lo que me ha parecido la visita. Y cuando en mayo terminemos la visita al arciprestazgo, con la parroquia de El Bosque (Villaviciosa de Odón), mantendré un encuentro con todos los sacerdotes para hacer una evaluación de la visita pastoral. Yo suelo hacer alguna observación, pero más bien para ayudar que para corregir, porque son parroquias que funcionan muy bien.