¿Cómo empezaste? ¡Pues de camarera...! Llegué a España en 1993. Era el momento de Adriá, Arzak, Subijana... Me encantaba y me dije por qué no formarme como chef y hacer una profesión de lo que tanto me gustaba hacer. ¡La mejor decisión que he tomado en mi vida.
¿Dónde aprendiste profesionalmente?
Me fui a la Escuela Hofmann, en Barcelona. Fui ayudante de cocina en la Escuela de Cocina Telva doce años, realicé varios stages con Andrés Madrigal, Sergi Arola y Dani García, entre otros. Con el tiempo, me contrató una empresa de catering. Y unos años después, acabé creando la mía propia.
Y así llevo 20 años, con mis cursos, caterings, asesoramiento a restaurantes, celebraciones, de chef particular de muchas de las personas que he ido conociendo... Y 12 años establecida en Boadilla.
Boadilla me encanta. Me hace recordar mucho a Argentina cuando era pequeña, eso de vivir en barrios, en casas... Eso de tener vecinos con cara, nombre. [Su vecino de en frente le lleva a menudo los productos que cultiva en su huerta, que ella cocina y le devuelve luego preparados].
"Cocinar era parte de mi hobby. Y aquí en España fue donde realmente lo vi como una salida profesional"
Y esta afición por la cocina, ¿de dónde te viene? De muy pequeña, de la familia. Mi abuela española, Paca, llegó a Argentina con nueve años. Cocinaba muchísimo. Nos hacía tortilla de patata. Los viernes por la noche me iba a dormir a su casa y me acuerdo de su tortilla, que me tenía lista como bienvenida. Tenían un bar, y allí yo le ayudaba a cerrar las empanadas argentinas o lo que fuera.
También mi madre cocinaba mucho. La primera receta que hice fue con nueve años. De las que recortaba mi madre de los periódicos y guardaba en una caja: albondigas duquesa. Todavía me acuerdo. Se las hice a mi padre por el Día del Padre. Y eso me enganchó mucho. Todo el mundo te apoya, halaga. Para los cumples yo ya empecé a animarme a hacer galletas, alfajores.
Entré poco a poco en esa espiral de a ver qué aprendías para el año siguiente para poder alimentar y sorprender a esa familia o esos amigos que tanto les gustaba lo que hacía. Todo era parte de mi hobby. Y aquí en España fue donde realmente lo vi como una salida profesional.
¿Cómo te introdujiste entre los famosos? Gracias a uno de mis primeros clientes, el diseñador argentino Roberto Torreta y su mujer, Carmen. Empecé cocinando en su casa, ¡y aún sigo haciendo cosas para ellos! Me presentaron a muchas personas con las que luego he trabajado. Gracias a El Hormiguero, a Carmen y a Roberto, conocí a Alejandra Gere y Richard Gere, que me propusieron ser su chef privado cada vez que vienen a España de visita.
Has trabajado varias temporadas como formadora en Masterchef (TVE). Eres también profesora en la escuela online del programa. ¿Cuál es tu labor con ellos?Hacemos lo que no se ve. No se entendería la evolución de los participantes si no hubiera una formación detrás. Ellos no saben los platos que van a tener que hacer, pero sí que toca una técnica específica. Y tú les das herramientas para que puedan hacer esa técnica. Somos varios formadores los que trabajamos con ellos.
¿Cambia mucho el trabajo en el programa dependiendo de si son niños, adultos o famosos? Sí, cambia mucho. Sobre todo cuando estás de mentora en la edición celebrity, porque estás todo el día con ellos formándoles. He sido mentora de Silvia Abril,Raquel Sánchez Silva,Vanesa Romero,Cayetana Guillén Cuervo... Con Silvia Abril, por ejemplo, iba prácticamente todos los días a su casa. Hacíamos todas las recetas y las posibles opciones.