Reportaje

El reto de formar buenas personas

Entrevista a Enrique Maestú, director del Colegio Virgen de Europa.

 

El Colegio Virgen de Europa trasladó sus instalaciones desde el centro de Madrid hasta la urbanización de Las Lomas en 1967. Por sus aulas han pasado miles de alumnos de nuestro municipio. Un colegio que siempre se ha caracterizado por su modelo pedagógico innovador, su proximidad a las familias, y la atención personal a cada alumno. Enrique Maestú, hijo de la fundadora, es el director del centro desde el año 2005.

 

¿En qué se parece el Colegio Virgen de Europa actual al original de hace 52 años? Los rasgos principales del proyecto fundacional siguen estando en el centro de nuestro quehacer diario: enseñanza activa, importancia de las materias que forman la creatividad y la Educación Física, enseñanza mixta, proximidad y confianza entre profesores y alumnos, colaboración entre las familias y el colegio.

 

Nuestro centro fue pionero en la Educación Infantil. Su fundadora fue presidenta de la sección española de la Organización Mundial para la Educación Preescolar. Igualmente sigue vigente la importancia de una formación en los valores cristianos. En el documento fundacional se decía que había que “formar hombres y mujeres cristianos, libres y responsables” y en esa tarea seguimos estando.

 

¿Y en qué otros aspectos ha evolucionado más para adaptarse o a los nuevos tiempos? Mantenerse en la línea de la enseñanza activa nos ha llevado a preocuparnos por los programas de mejora del pensamiento, por el aprendizaje cooperativo y el desarrollo de las competencias básicas. Además de buscar nuevos modelos de enseñanza de las Matemáticas, nuevos sistemas de autoevaluación del aprendizaje y de protagonismo de los alumnos en la vida escolar.

 

Desde hace 10 años hacemos más hincapié en la enseñanza de idiomas. En Infantil y Primaria se imparten entre nueve y diez horas de inglés, en Secundaria también se imparten Alemán y Francés. Hay profesores de conversación, los alumnos se agrupan por niveles de logro académico y se presentan a los exámenes públicos. El objetivo es que los alumnos salgan del Colegio con el CAE de Cambridge.

 

El colegio ha acreditado un sólido nivel académico. Por ejemplo, el curso pasado todos nuestros alumnos se presentaron a Selectividad y todos la superaron. Más de un 60% obtuvo más de un 7 de media.

 

La tarea educativa no se reduce al horario que marca el Ministerio. También consiste en alentar aficiones, desarrollar habilidades, generar comunidad... Tenemos un ambicioso plan de actividades extraescolares deportivas, musicales o de refuerzo y estudio.

 

¿Cuáles son las inquietudes que le transmiten los alumnos o los padres? Los padres, en primer lugar, buscan un lugar seguro en el que los alumnos crezcan felices y estimulados en un ambiente de confianza y colaboración. Los alumnos desean sentirse importantes, no miembros de una masa anónima, que se les tenga en cuenta, asumir protagonismo tanto en su vida personal como en la comunidad. Los profesores necesitamos que crezcan de manera que logren una progresiva autonomía, responsabilidad y capacidad de iniciativa (la auténtica disciplina no se impone, surge espontáneamente porque se comparten los criterios con el Colegio).

 

El gran reto al que quiere responder el Colegio es que además de formar buenos estudiantes, también estemos formando buenas personas.

 

¿Qué aconsejarías a los padres de hoy? Es obvio decir que el futuro de sus hijos depende de una buena formación, y que para ello hay que fomentar el interés y la fuerza de voluntad. En los primeros años de vida es cuando se empieza a fomentar una actitud positiva hacia el conocimiento. Si los padres valoran el conocimiento y la cultura, es muy probable que también lo hagan sus hijos.

 

Quiero poner en guardia a las nuevas familias jóvenes contra la hiperprotección. Hemos de dejar crecer a nuestros hijos, y estos han de aprender de sus aciertos y de sus errores. Deben tener responsabilidades y no deben sentir que son el centro de una familia dispuesta a darles todos los caprichos. También de la importancia de la Educación Infantil, una etapa clave en la formación de las personas.