La prevista gran inauguración de las huertas del palacio se ha visto truncada por la convocatoria anticipada de elecciones generales (la ley electoral prohíbe expresamente este tipo de actos en época de campaña). La ocasión sí que lo merecía porque la recuperación de las huertas del palacio es sin duda un paso muy importante en la puesta en valor del conjunto arquitectónico que forman el palacio, los jardines, las huertas y su entorno (el gallinero, el estanque…).
Históricamente, esta tercera terraza (la primera, los jardines, se inauguraron en 2015; y la segunda, entre la primera y esta tercera, es un proyecto aún pendiente) tiene su origen en “la tradición de las huertas cortesanas, las grandes huertas reales principescas que arrancan desde Felipe II en España o Luis XIV en Francia, y que aquí estaba perdida”, cuenta el historiador José Luis Sancho. En una sociedad rural del XVIII, “las huertas demuestran el poder de su propietario, sea rey, príncipe en el caso del infante don Luis, duque o noble… Sus especies de frutales, su extensión… eran un manifiesto de la riqueza de su propietario”, añade.
En una sociedad rural del XVIII, “las huertas eran un manifiesto de la riqueza de su propietario”, explica el historiador José Luis Sancho.
Es más, el caso de Boadilla del Monte, “una arquitectura renacentista rodeada de una huerta que ocupa la mitad de la superficie dedicada a jardines y forma parte de la elitista visión real desde la planta noble del palacio, es único”, apunta Lucia Serredi, la paisajista encargada del proyecto. En Aranjuez o en La Granja de San Ildefonso, en Segovia, las huertas quedan en el exterior o en un lateral del núcleo de palacio. Nada que ver con el protagonismo que tiene en el palacio de Boadilla.
La recuperación de las huertas del palacio es sin duda un paso muy importante en la puesta en valor del conjunto arquitectónico que forman el palacio, los jardines, las huertas y su entorno (el gallinero, el estanque…).
Serredi, italiana afincada en Boadilla del Monte desde el año 1980 (ver reseña abajo), sabe de lo que habla: ella también se encargó de la rehabilitación de los jardines del palacio, en la primera terraza.
En ambos casos utilizó como referencia la base de un plano parcelario de 1868: las Hojas kilométricas de la Topografía Catastral. El historiador José Luis Sancho aportó también documentación de gran valor, como el plano de las huertas de la Real Casa de la Zarzuela, levantado en 1759, “un claro antecedente en el que sin duda se inspiró el infante para su posesión en Boadilla, que se terminará seis años después”.