Reportaje

Ediciones Idampa: una historia de libros

Hace dos años Delia López puso en marcha Ediciones Idampa. Esta pequeña editorial especializada en libro infantil y juvenil, cuentos y novelass de fantasía, lanza casi una veintena de títulos al año en pequeñas tiradas. Un proceso en el que todo se hace con mimo de principio a fin desde su sede aquí, en Boadilla.

 

Su caso es el ejemplo de las miles de pequeñas iniciativas de un país en el que el 99% del tejido empresarial lo forman la pequeña y mediana empresa, pymes que con mucho esfuerzo e ilusión luchan por salir adelante cada día. Delia López puso en marcha Ediciones Idampa hace dos años con el respaldo de varios socios, una editorial especializada en libro infantil y juvenil, cuentos –ahora llamados “álbumes ilustrados”– novela juvenil y libros de consulta, instalada en un pequeño despacho en el centro de Boadilla. Un espacio lleno de cajas con libros en el que trabaja codo con codo con Cristina Alda, responsable de las labores de márketing y comunicación.

 

Ser editor es algo muy vocacional. En el caso de Delia, llegó a este oficio procedente del mundo del periodismo y la producción editorial. Como madre y profesora de clases particulares, recuerda cómo era habitual que creara sus propios recursos para ayudar a sus hijos con los estudios o para las clases. Su primer trabajo editorial, 28 poesías en colores –compuesta de tres volúmenes–, nació hace tres años con el fin de cubrir una carencia que no encontró en el mercado: “Un libro que explicara a los niños lo que es la poesía, la métrica de cada estrofa, las rimas. No había nada ni en España ni en el extranjero”. Fue el punto de partida de la aventura Ediciones Idampa con libros para niños de 0 a 99 años, “porque son los mayores los que leen a los pequeños incluso antes de que hayan salido del vientre de su madre”.

 

Autores locales

 

Entre sus autores, varios de aquí o relacionados con el municipio, como Pilar Serrano, de la que este año editaban Si mamá dice blanco, papa dice negro –un cuento sobre el divorcio desde la perspectiva del hijo–; Entre flores, obra de Belén Dorado, bióloga, y que nos adentra en la historia, curiosidades y cuidados de 24 fl ores escogidas por la autora; o El secreto de Rubindul, de la doctora Adriana García, una novela juvenil que ha calado entre los jóvenes –y sus profesores, que la han incluido entre las lecturas del currículo– de los centros de educación Secundaria del municipio y alrededores.

 

La obra de esta médico que ejerce en Boadilla es hasta el momento la que más éxito ha tenido: “Se hicieron 1.500 ejemplares del tomo único y ahora hemos hecho 2.000 del primer libro y 1.000 del segundo –la obra se ha dividido en dos al incorporar una guía pedagógica–.“Si tenemos en cuenta que de un libro en autoedición se suelen hacer unos 200 ejemplares y lo difícil que es hacer tiradas más allá de los 500 ejemplares –nos cuenta Cristina Alda–, está muy bien”.

 

Un papel difícil

 

Que haya tanta materia prima local en su catálogo es pura casualidad, porque son muchos los factores que influyen a la hora de tomar una decisión del material a editar, que llega permanentemente por distintos medios y casi casi desde cualquier lugar del mundo gracias a internet. Porque los errores se pagan caro. “Te puedes equivocar en un libro, pero no en dos porque es la ruina”. De ahí la importancia de que el editor “tenga conciencia de que el producto es suyo. Al final, eres tú el que equivocas”, afirma Delia.

 

Paso a paso

 

El proceso es bastante artesanal y no se deja nada al azar: la selección del autor de acuerdo a la línea editorial marcada, la revisión y adaptación de la obra, el formato en el que se va a editar, cómo se va a distribuir. Incluso tinta y papel son importantes: “En un libro infantil, el papel y la tinta tienen que oler bien”, sentencia Delia.Idampa sigue una línea editorial muy definida, dirigida a un público muy concreto y con producción propia: “Es más fácil comprar los derechos de un libro probado en otros países, que sabes que aquí también puede funcionar, que partir de cero, algo mucho más arriesgado. Y esto último es lo que nos gusta hacer”, nos cuenta Delia.

 

Además del olfato editorial, también es importante para sacar un libro adelante, en definitiva, que se venda, que sea conocido, la implicación del autor en el proyecto, “quien debe estar dispuesto a participar en la promoción de su obra”. En su caso, Ediciones Idampa organiza habitualmente con sus autores talleres con escolares, charlas o actividades de promoción a la lectura, por ejemplo. “No hay presupuesto para publicidad, ni grandes infraestructuras, así que el autor también tiene que darlo todo en un mercado en el que no se venda en seis meses no se va a vender. Hay que decírselo a los amigos, moverse en las redes sociales, dar charlas…”

 

Su sueño, de momento pasa por seguir haciendo los libros que “nos gustaría tener en casa”, asentar la empresa y conseguir que sus autores puedan vivir de ello.

 

MÁS INFORMACIÓN 

www.edicionesidampa.com