La alimentación es clave para el desarrollo y bienestar de cualquier ser vivo. Perros y gatos son especies carnívoras que si vivieran en la naturaleza se alimentarían de pequeñas presas como conejos, liebres o ratoncillos. Su organismo está preparado para asimilar los nutrientes procedentes de estos animales. Por lo tanto, aunque sean animales domésticos y vivan en nuestras casas, su alimentación debe apoyarse sobre esta idea para proporcionarles salud, energía y vitalidad.
Es lo que se conoce como Dieta BARF o con las siglas en español ACBA (Alimentos Crudos Biológicamente Adaptados). Al principio puede costar dar el paso y cambiar el pienso o las latas por comida cruda, pero existen numerosos estudios que lo avalan. De hecho, hace pocos meses se publicó en español el libro escrito por el veterinario australiano que desarrolló esta dieta, el Dr. Ian Billinghurst (La dieta BARF. Ed. MGT). También existen otras publicaciones y páginas web (p.e. www.naturzoo.com), donde de manera sencilla y práctica ofrecen luz sobre este tipo de alimentación.
¿En qué consiste?
A grandes rasgos esta dieta está compuesta de huesos carnosos (huesos rodeados de una gran cantidad de carne), carne y vísceras. También se les pueden dar ciertas frutas y vegetales como las que ellos encontrarían en el estómago de sus presas, casi siempre herbívoras. En cuanto a los cereales, según la Asociación Americana de Control de Alimentación (AAFCO) no son esenciales para los perros ni gatos. Como carnívoros que son extraen la energía de la grasa que comen no de los carbohidratos como hacemos los humanos.
Existen mil formas de adaptar esta dieta a las necesidades de nuestras mascotas. Con conocer los principios básicos es suficiente y se puede combinar los alimentos de muchas formas diferentes. Incluso cuando no hay tiempo para hacerlo uno mismo, se puede recurrir a ciertas marcas especializadas en alimentación cruda (Puromenú, Natuka, Petkis, Squeaky…) que te proporcionan las raciones ya preparadas y equilibradas. Solo hay que descongelar y ¡listo!
Beneficios de la dieta natural
Una de las cosas más gratificantes de esta dieta es ver con qué ganas comen nuestros peludos. La comida se convierte en un momento de gran placer para ellos. A algunos perros les cambia hasta el humor, proporcionándoles más vitalidad. Además, el pelo se vuelve más brillante, la piel está más hidratada y flexible, las heces son más pequeñas y compactas, y no se producen casi diarreas ni gases, mejoran sus músculos y articulaciones y es mucho más fácil adaptar las cantidades y evitar el sobrepeso.
Piensos y latas naturales
Si aun así, no ves claro cambiar la alimentación de tu perro o gato, es mejor optar por alimentos procesados que utilicen materia orgánica de calidad, no incluyan cereales en su composición y, en el caso del pienso, esté prensado en frío conservando así mejor las propiedades nutricionales del alimento.