¿Cómo te cogieron para el papel?
Fue toda una sorpresa. Mi profesora Nuria Sánchez, tras ver que se me daban muy bien las clases de teatro musical, le sugirió a mis padres que ingresara en la escuela del Rey León. Desde aquí aprovecho para agradecer tanto a Nuria como a Víctor Ullate su implicación y la creación de las clases extraescolares de teatro musical en el cole (el Agora International School). Sin ellos, no estaría donde estoy ahora.
¿Cómo funciona ese proceso de selección?
La verdad es que yo no tuve ni que pasar el casting. Ingresé directamente en la escuela que está en el propio teatro. Allí ven cómo te desenvuelves, cómo cantas y bailas. Tres días en los que haces muchas cosas en muy poco tiempo. Después de varios meses de espera, finalmente me llamaron para decirme que estaba dentro.
¿Cuándo empezaste a actuar y cuántos pases tienes al mes?
En junio empecé a representar la obra y a ser miembro oficial del elenco. Pero desde abril, que fue cuando me llamaron, llevaba ensayando.
Hago una media de ocho funciones al mes, aunque depende de las ausencias que haya. Al ser menores, la ley limita bastante las horas y días de trabajo y obliga a que, por cada papel con menores, haya varios actores para repartirse los días de actuación.
¿Fueron muy duros los ensayos y la preparación?
Fue divertido, pero también duro. Pero bueno, es como tenía que ser. Lo mejor es que desde el teatro se preocupan un montón por nosotros. Todos los ensayos se adaptan a los horarios que yo tenía libre después del colegio. Desde que comenzó la temporada teatral, sólo ensayamos una vez cada dos meses para refrescar o cuando hay nuevas incorporaciones. Otras veces, coincidimos con los niños de la escuela y les enseñamos nuestros papeles o como hay que moverse por el escenario.
¿Qué tal es el ambiente en la compañía?
Es genial, somos una gran familia. Tenemos educadores, juegos de mesa, nos conocemos entre todos y me cuidan un montón. Además practico mucho inglés ya que hay gente de muchas nacionalidades y usamos el inglés como idioma común.
¿Cómo compatibilizas el colegio con las actuaciones?
La compañía y la comunidad de Madrid tienen mucho control sobre nosotros y vigilan los expedientes académicos. Si bajas el rendimiento académico, te sancionan o pueden incluso echarte de la obra. Así que en el teatro tenemos nuestras zonas de estudio controladas con educadores. Todas las representaciones son por la tarde, por lo que no tengo que faltar nunca a clase. Cuando me cogieron para el Rey León esto me sirvió de motivación para ir mejor en el colegio. Sé que no puedo ni debo bajar porque eso puede afectar a mi papel en la obra, así que intento dar todo dentro y fuera del teatro.
De mayor, ¿te gustaría seguir dedicándote al teatro?
Sí, de mayor me gustaría ser actriz, sobre todo de teatro musical.