Un buen día, Martín Pérez Irusta (Río Cuarto, 1967. Argentina) concluyó que lo suyo no era la arquitectura, en la que se había formado; ni el interiorismo, al que profesionalmente se dedicó en sus orígenes, sino la pintura, que se abría paso en su interior y sobre la que, en el tiempo, ha experimentado con estilos, técnicas y texturas desarrollados por sí mismo.
Argentino afincado en Boadilla del Monte, en cuyo Centro de Formación expuso hace dos años –viene de hacerlo en la sala Joaquín Rodrigo del Auditorio de Las Rozas y en 2013 repite en Villaviciosa de Odón–, y de donde se confi esa aún más enamorado que de Madrid, ciudad a la que sucumbe, siente el arte desde siempre.
Incluso ha flirteado con la música. Su madre fue profesora concertista de piano y su abuelo un mecenas impulsor, allá en su tierra natal, de una asociación de críticos artísticos. Relata que los pasos más importantes de su vida han acontecido en España: aquí se casó y nació su hijo Álvaro, de cinco años. Pero, sobre todo, aquí se ha forjado como pintor, actividad a la que, aún con altibajos, se dedica profesionalmente.
Martín, entrañable, culto y locuaz –muy locuaz, como buen argentino–, es autor prolijo. Conversa con nosotros saltando de un tema a otro con la inquietud de un niño, ávido de exprimir cada instante narrando historias y vivencias. Y así confiesa que, por ejemplo, trabajar en casa le permite vivir milimétricamente las evoluciones de su pequeño, por el que siente pasión, y que su conocimiento de la arquitectura le ha facilitado experimentar, casi como un albañil, con materiales y composiciones que vuelca en su obra. También se sirve, claro, de su capacidad como dibujante.
¿Cuál es su estilo? Algunos críticos han situado mi obra en la corriente de la abstracción lírica. En realidad pinto motivos oníricos más ligados al sueño y la imaginación que a la razón. Mi arte es más abstracto que figurativo, con referencias al agua, el horizonte… Al principio era más paisajista, pero en el tiempo el dibujante se ha recreado rompiendo las formas. Como pintor soy bastante autodidacta
¿Qué soportes y materiales utiliza? De lo más diverso: he experimentado hasta con PVC. La mía es una técnica mixta y variada, muy elaborada. Utilizo elementos como el polvo de cuarzo para generar una materia distintiva y presente en el 95 por ciento de mis cuadros. Pasa un poco como con Tapiès o Barceló. E investigo mucho para evitar sobresaltos y desgastes prematuros. De ahí que incorpore colas sintéticas y cementos de secado rápido, todo ello acabado al óleo. También trabajo mucho las veladuras.
¿Y qué le inspira? Tantas cosas. Me dejo llevar por la música, los paisajes…
La obra de Martín Pérez Irusta está disponible en su blog: perezirusta.blogspot.com.es