Con su taller actual en Boadilla, Olmedo Luthiers, Mario Frutos lleva más o menos un año, pero los inicios se remontan a su adolescencia. Con 14 años empezó a tocar la guitarra, y con 15, a hacerle esos pequeños ajustes que le enseñó su profesor de guitarra, Fabián Benito. “Ese es el origen de mi pasión por arreglar y ajustar las guitarras”, confiesa Mario.
¿Cuándo convertiste tu pasión en algo profesional?Fue en el estado de alarma. Soy también técnico de sonido y durante esa época el trabajo desapareció, así que empecé a plantearme hacerme lutier de manera profesional. Hasta el año pasado lo había hecho solo para amigos. Cosas básicas: cambios de cuerda, hidratación de la madera y poco más.
En junio del 2020, cuando ya podíamos salir, hice un curso en Bauprés Luthiers, donde aprendí todo lo fundamental. Compré las primeras herramientas, me hice mi propio banco de trabajo y empecé con el taller.
De todos modos, en este trabajo nunca se deja de aprender. Permanentemente estas absorbiendo conocimientos de personas que llevan ya muchos años, además de probar uno mismo qué cosas funcionan y cuáles no. En Madinter, por ejemplo, mi proveedor de maderas, me han enseñado mucho sobre herramientas. Además, para ser un buen lutier hay que saber otros oficios como carpintería, pintura, electrónica...