Se podría casi decir que parece una persona odiada y querida a parte iguales. Alumnos y ex alumnos del Colegio Virgen de Europa transmiten de Mª Carmen Díaz Alperi, conocida por todos como Menchi, una imagen a mitad de camino entre una persona exigente y dura con su disciplina –Educación Física–, pero de la que casi todos guardan buenos recuerdos. “Muchos ex alumnos, cuando vuelven por el centro de visita, reconocen que una educación física exigente les ha ayudado a ser exigentes en otros muchos aspectos de su vida”, confiesa.
A sus 61 años, y tras los últimos 38 en el Virgen de Europa como coordinadora del área de Educación Física, esta alicantina madre de tres hijos y abuela de tres nietos, es una firme defensora de los valores que aporta su disciplina a la formación de una persona, algo que descubrió siendo muy joven, en sus inicios, en la carrera de INEF. “Al principio pensé, vaya tontería de carrera. Pero tuve la suerte de tener a alguien que me enseñara que la educación psicomotriz era la base del desarrollo de la inteligencia. Está demostrado que a través del movimiento, el niño desarrolla todas sus capacidades: el factor numérico, el factor espacial, el factor temporal”, asegura.
Tal importancia tiene la educación física en su colegio, que los alumnos que pierdan las clases deben recuperarlas, lo que no todos entienden bien. “Para los profesores es un problema que un alumno te diga que se encuentra mal y no puede hacer la clase. No tenemos por qué dudar de él. Y si le duele mucho la cabeza, ¿cómo le voy a exigir que haga una clase que es dura y cansada, pudiéndolo hacer en otro momento, en mejores condiciones?”
Para solucionarlo, planteó ante la dirección del colegio que las clases perdidas se recuperarán fuera de las horas escolares, una idea que fue aceptada. “Esto supone una gran esfuerzo a los profesores de Educación Física, porque en esas horas se juntan alumnos de distintas clases y niveles, a los que tienen que atender. Pero voy al mensaje final de esto: lo importante es que han comprendido que los trabajos hay que hacerlos, que si no los haces antes, los haces después, y que es tu obligación. Ya no se ve como algo raro. Así, puedes subir la nota si has estado enfermo, y el que racanea, acaba viendo que eso no le sirve para nada, y que a la hora de trabajar, hay que trabajar”.
¿En España se valora en el currículo educativo la educación física como en otros países? “Lo cierto es que la ley deja mucha libertad a los centros de acuerdo a sus posibilidades –nos cuenta–, pero es cierto que se le da poca importancia. En Francia, que sería un ejemplo, hay examen de Educación Física en selectividad. En el colegio no tenemos todos los días, aunque es la intención. Lo que sucede es que con un programa en el que lo niños tienen ya el horario muy apretado... la jornada no da para más”.