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“El día que deje de trabajar, me moriré. Así que sigo trabajando mucho”

Ceferino L. Maestu, periodista, escritor, sindicalista... A sus 92 años de edad, este periodista, escritor y pensador mantiene una ajetreada agenda diaria ocupada con sus lecturas, o con la creación de libros y pequeños ensayos sobre aquellos temas que le inquietan.

 

Resumir en unas líneas los 92 años de vida de Cerefino Maestu no es fácil. Periodista, fundador de la revista El Sindicalista, la agencia de noticias y reportajes FIEL –durante el franquismo, época en la que hacer periodismo libre no era fácil, la agencia suministraba crónicas a más de 60 periódicos españoles, además de las agencias europeas y africanas, o a la Oficina de Información Diplomática–, el sindicato Comisiones Obreras, que abandonó cuando cayó en manos del PCE, o del sindicato independiente CTI.

Funcionario del Cuerpo Técnico de Correos durante 17 años, este activista descendiente de gallegos de origen vasco que hicieron las américas, padre de ocho hijos –le han dado 14 nietos–, vive en Boadilla del Monte desde finales de los sesenta junto con su mujer, Josefina Unturbe, fundadora del colegio Virgen de Europa, centro que dirige uno de sus hijos y donde es fácil verle ayudando en lo que sea necesario.

“Empecé a estudiar Física y Matemáticas, pero lo dejé a la mitad porque no era lo mío. Luego empecé la carrera de Derecho, como mi padre, pero también lo dejé... porque no era lo mío. Entonces me fuí a Políticas e intenté hacer la carrera en un año, pero también lo dejé porque no era lo mío. Empecé a trabajar como periodista sin serlo movido por las necesidades sociopolíticas del momento. Fundé una agencia de prensa para superar los efectos que la ruptura del régimen con la ONU podría producir en las relaciones sociocultales con Iberoamérica”. Así creó la agencia FIEL, servicio internacional de información, y se inició en el mundo del periodismo, donde participaría en múltiples proyectos.

En 1968 vendió FIEL a la Agencia EFE con todo su personal. “Había muchas presiones en el régimen para terminar con una organización que ellos no controlaban”. Ceferino aún recuerda su prestigio e influencia entonces: “Teníamos corresponsales en casi todo el mundo: Alejandría, París, Roma, Lisboa, México, Buenos Aires, Río de Janeiro...”

Activista muy comprometido

Como activista político y social, siempre fue una persona comprometida. Se aproximó al falangismo movido por el afán de justicia social y los valores morales que constituían, junto al patriotismo, pilares básicos del pensamiento joseantoniano, movimiento que luego no reconocería tras caer bajo la órbita del franquismo. También promovió el movimiento obrero consciente de que había que cambiar las relaciones laborales en la empresa. “Los trabajadores deben ser accionistas de la empresa”, sostiene. Y recuerda la necesidad planteada por el papa Juan XXIII “de combatir la utilización instrumental de los seres humanos en la empresa”. “Como cristiano –confiesa– siempre me he preocupado por la gente.

La Iglesia tiene pendiente una cantidad de reformas importantísimas”, afirma. Gran parte de ellas las recogió sobre papel en una carta abierta titulada Pensando en la recristianización de los cristianos, entre otros libros.

La religión es uno de los temas que Ceferino Maestu ha tratado en alguno de los 64 libros que lleva escritos. Reflexiones en la que aborda asuntos relacionados con la astrofísica, la medicina, el envejecimiento, los sentimientos o la historia de España. Entre los últimos, figuran títulos como Historia española de Gibraltar – “un anacronismo que debería resolverse”, opina– y Crónica de España en el País Vasco. Volúmenes que él mismo edita y reparte gratuitamente entre sus amigos o quienes estén interesados en sus temas.

Con la mente en forma

A su edad, mantiene la lucidez y la memoria en buena forma. Sabe aprovechar bien el tiempo. “Me levanto todos los días a las 5 o 6 de la mañana y me pongo a trabajar. Y el día que deje de trabajar, me moriré. Y como no quiero morirme, sigo trabajando mucho”, afirma risueño. Lee todos los días la prensa. De sus páginas recorta “todo lo que considero interesante”. Material que, convenientemente ordenado por temas, archiva en casa en más de 2.000 carpetas.

Crítico con el poder acumulado por la banca y la presión ejercida sobre los gobiernos, se muestra muy preocupado por el paro. “Son seis millones de personas y sus familias. La única solución es que cada uno se haga su puesto de trabajo, aunque el problema es que el sistema capitalista ha educado a la gente para ser asalariada”, se lamenta.