Andar entre fogones no es fácil. “Es una profesión muy tradicional, dura y tras la que se esconde muchas horas de trabajo para crear todo lo que vemos al final en la carta de un restaurante”. Nos lo cuenta José Antonio González, informático de 48 años y vecino de Boadilla, que ha sabido encontrar, junto con su hermano David, diseñador, su hueco en la cocina.
Hace algo más de un año crearon Chêf-à-porter (www.chefaporter.com), un portal especializado en prendas de cocina dirigido tanto al profesional como al cocinillas. Un espacio en el que pueden adquirir a través de internet delantales, chaquetas, gorros, pantalones, calzado –“cómodos, que no escurren, con el empeine reforzado por si se te cae un cuchillo”–, trapos de cocina... Todos ello realizado con los tejidos de calidad, porque no hay que olvidar que el principal objetivo de la ropa de cocina es la protección, pero con diseños que van desde lo más clásico hasta aquellos que incorporan notas de color, dibujos y motivos gráficos de los más vanguardistas.
Prendas que también incorporan los últimos avances. “Tenemos chaquetas con tejidos transpirables en la espalda, hechas con telas ignífugas, o con microfibra, para quienes trabajan en la partida de frío”, nos explica.
Su objetivo pasa por “sacar la cocinero del uniforme y que vista a la moda”, afirma convencido José Antonio. Lo que no es fácil en un sector tradicional donde es habitual que el negocio pase de padres a hijos. “La imagen que tenemos del cocinero es la de una persona de blanco inmaculado, pero cada vez más se visten de una manera más acorde al espíritu del local en el que trabajan. Por otra parte, también hemos asistido a un fenómeno en el sector, y es que antes el cocinero era el empleado. Ahora en muchos restaurantes ha pasado a un primer plano y es el propietario. Y como tal, le gusta imponer su estilo, lo que incluye vestir de una manera más personal”, nos cuenta José.
En el sector, Chêf à porter ha ido ganando clientela gracias al patrocinio en la segunda edición del programa Pesadilla en la cocina –suyas eran las prendas que se utilizaban en el programa–. También han llegado a un acuerdo de colaboración con la Federación de Cocineros y Reposteros de España (Facyre), que preside el cocinero Mario Sandoval. Una asociación con la que han participado en dos ferias de referencia del sector, como son el Salón Internacional del Gourmet y Madrid Fusión.
El negocio reconoce José Antonio que no va mal, “pero sí más lento de lo que esperábamos”. “Es un gremio en general poco habituado a las nuevas tecnologías, a los que les gusta que les vayas a ver...”
Esto no pasa tanto con los afi cionados al fogón. De hecho, este es uno de los mercados con mayor potencial. “Una chaqueta o un delantal personalizado es un regalo poco visto, barato y que una persona a la que le gusta cocinar siempre aprecia”, asegura José Antonio.
El futuro, nos adelanta, pasa por crear su propia línea de prendas –“estamos en conversaciones con una diseñadora”– y un club ligado al mundo de la gastronomía “pensado en todos aquellos a los que nos gusta la cultura gastronómica, con cursos de formación, visitas a cocinas de restaurantes, visionado de películas...”