A sus 15 años, Alberto Vicente, estudiante de 4º de ESO, destaca sobre sus compañeros de clase por su altura, algo superior a la media.
Más allá de eso, así a primera vista, nadie diría que este madrileño, vecino de Majadahonda pero estudiante en el Casvi de Boadilla, localidad en la que trabaja también su padre y procede su familia, es capaz de levantar pesas “de hasta 130 kilos en dos tiempos”, aclara. Así: en el primer tiempo levanta la barra de un tirón en sentadilla para colocarse bajo la misma y levantarse, y en un segundo tiempo, eleva las pesas sobre su cabeza. Es una de los movimientos de halterofilia, disciplina atlética que practica desde hace un año.
La otra opción es hacerlo en arrancada: de abajo arriba de un tirón, más difícil aún (su marca ahí está en los 105 kilos). Alberto pesa ahora 85 kilos y más mayor puede a alcanzar los 105. “Si sigo la progresión actual, podría llegar a levantar los 200 kilos en arrancada”, nos cuenta.
La halterofilia, como todo deporte, tiene su técnica. Es evidente que para levantar con 15 años de edad una barra con 105 kilos de peso, hay que estar fuerte. Pero es una disciplina “muy completa, que físicamente exige mucho, en la que hay que estar fuerte no solo física, sino también mentalmente, y que requiere, además de fuerza, mucha agilidad y velocidad”, nos explica Alberto. La fuerza no lo es por tanto todo. En competición, los movimientos deben ser fluidos y limpios, la barra no puede tocar casi nada...
El desgaste tampoco es comparable al de otros deportes. Por eso compite solo una vez al mes. Competiciones en las que se realizan seis levantamientos: tres en arrancada y tres en dos tiempos. “Mentalmente, es un deporte complicado”. Por eso es importante, aparte de hacerlo bien para puntuar y superarse, “no blanquear (fallar las tres oportunidades)”. Algo que afecta psicológicamente al atleta.
Para estar listo, entrena lo suyo: cinco días a la semana (libra miércoles y domingo), “de hora y media a dos horas y media como poco. Un día, fuerza; otro entrenas más músculos concretos, sentadillas, arrancada, los movimientos que luego tienes que hacer para levantar las pesas, correr...” Lo hace por las tardes-noche en un crossfit de Alcorcón y en el club de halterofilia Tracius. A ese ritmo, “tengo agujetas siempre”, reconoce.
Atleta aventajado
A pesar de llevar poco más de un año con este deporte, en el que le inició su madre, propietaria de un centro de crossfit –es en este entorno en el que la halterofilia se ha hecho su hueco– en Fuenlabrada; en su palmarés tiene ya varios éxitos deportivos. En sub17 es campeón de Madrid en categoría 85 (su peso) y subcampeón de España en Sub15. Su meta: “Me gustaría llegar a unos juegos olímpicos”. Profesionalmente quiere estudiar INEF y opositar a inspector de Policía.