1- Antes de salir de viaje, riégalas bien. Incluso puedes hacerlo por inmersión, aunque esto dependerá del tipo de plantas que sean porque algunas no soportan el exceso de humedad y se pudren.
2- Elimina las hojas y flores secas para reducir la absorción de agua. Aunque te de pena, también las hojas verdes grandes, ya que necesitan hidratarse más.
3- Colócalas en una habitación que tenga luz, pero no sol directo. De ese modo hará menos calor y demandarán menos agua.
Por último, instala el sistema de riego elegido.