Como contábamos hace unos días, tres jóvenes vecinas de Boadilla del Monte han sido seleccionadas como voluntarias para el proyecto solidario en Senegal de España Rumbo al Sur. Una de ellas es Marina García, de 16 años, alumna de 1º de Bachillerato de Ciencias Sociales en el IES Máximo Trueba. Le encanta el deporte, dar paseos por el monte o hacer rutas por la sierra. Y desde que viajó a la India con doce años con el colegio Teresa de Berganza, ayudar a los demás es una de sus prioridades en la vida.
Marina, ¿habías hecho voluntariado antes?
No exactamente. Cuando tenía 12 años fui a la India dos semanas con mi colegio (Teresa de Berganza). Ahí pudimos ver las situaciones tan desfavorables que viven muchas personas. Al ser tan pequeños, no hicimos tareas de voluntariado como tal, pero fuimos a varias escuelas donde los niños nos enseñaban sus costumbres, y nosotros las nuestras. ¡Lo considero uno de los mejores viajes que he podido hacer nunca!
¿Qué te motivó a presentarte al proyecto de Rumbo al Sur?
Con aquel viaje a la India se me quedó una “espinita” clavada y aumentó mi interés por hacer voluntariado donde pudiera ayudar a los más necesitados y en las zonas más desfavorecidas. Además, mi tía Diana ha hecho más de seis voluntariados con España Rumbo al Sur en Camerún, Marruecos, Senegal etc. Y después de contarme historias preciosas sobre el proyecto, me animó a apuntarme.
"Todo lo que hagamos en Senegal va a tener relación con la cooperación, la naturaleza y el voluntariado"
¿Qué vais a hacer en Senegal?
Aún no nos han dicho que haremos exactamente, no nos dan una agenda cuadriculada sobre las actividades y los días, prefieren que vivamos el momento día a día. Pero todo lo que hagamos va a tener relación con la cooperación, la naturaleza, el voluntariado y la ayuda a los más necesitados.
¿Estás nerviosa con el viaje?
Sí, estoy un poco nerviosa, pero las ganas hacen que me olvide de los nervios.
¿Qué te dicen tus amigos y tus padres de esta expedición?
Cuando se lo conté a mis amigos se quedaron un poco descuadrados, y no se lo creyeron. Les cuesta asimilar que voy antes a un voluntariado en África que a todos los festivales que teníamos planeados ir.
Mi familia está emocionada porque viva esta experiencia, aunque les da un poco de miedo que esté tan lejos y en condiciones tan duras durante tres semanas.
¿Conoces a las otras dos chicas que van de Boadilla?
Una de las chicas, Raquel, va a mi clase. A la otra no la conocía, pero a través de este programa de voluntariado hemos tenido contacto.