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Marina García Romeral: “Quiero competir todo lo que pueda”

Dedicarse a la gimnasia rítmica es lo que más le gusta del mundo. Y prueba de ello es la medalla de plata que acaba de ganar en abril en el Campeonato de España. Marina empezó a los seis años con esta disciplina y sueña con muchos años más de competición sobre el tapiz.

 

Marina (13 años) acaba de ganar la medalla de plata de gimnasia rítmica en el Campeonato de España. Es un gran triunfo fruto de muchos años de trabajo con su equipo Goldiam Boadilla. Las fundadoras del club, Ekaterina y Noelia, han sido testigos de su evolución desde que comenzó con seis años.

“Mi madre me apuntó a las pruebas del club. Me gustó mucho la experiencia y las entrenadoras vieron algo en mí, así que desde ese momento empecé a entrenar”, cuenta.

“Me lo paso bien y disfruto mucho de lo que hago”

Practica 10 horas a la semana en el Pabellón deportivo Felipe VI de Boadilla del Monte. Pero su entusiasmo por este deporte es tan grande que aprovecha cada rato libre que tiene para seguir mejorando. “Después del entrenamiento, ceno, me quedo un rato en el sofá y hago gimnasia; y los días que no entreno y no tengo que estudiar, hago gimnasia. Estoy con el aro, las mazas, la cuerda... Nunca me canso”, dice.

El año que viene empezará 3º ESO en el colegio Casvi Boadilla. Su truco para compatibilizar estudios y entrenamientos es adelantar todo lo que puede los deberes del cole. Y si no, le dedica un rato después de los entrenamientos. Lo cierto es que no se estresa. “Me lo paso bien y disfruto mucho de lo que hago”, asegura. Además, cuenta con el apoyo de sus compañeros del colegio, que le pasan apuntes cuando lo necesita. Y el centro le ayuda adaptando las fechas de los exámenes si coinciden con las competiciones.

También tiene muy buenas amigas entre sus compañeras del Goldiam. Pasan mucho tiempo juntas y comparten su pasión por la gimnasia.

Así son sus rutinas

Su entrenadora es la gimnasta búlgara Ekaterina Tzankova, directora del club. En los entrenamientos, después de calentar, van repasando los ejercicios poco a poco, mientras alternan los aparatos, para terminar haciéndolo todo con música.

Normalmente, “hacen falta tres meses de trabajo para dominar una coreografía completa, aunque depende de muchos factores”, explica Marina.

A veces lo más difícil es manejar la frustración. “Cuando los ejercicios no salen, me agobio... Tengo que estar muy concentrada y visualizarlos para ejecutarlos bien”, reconoce.

Cuánto más compites y más subes, más presión tienes. Y la gestión emocional es importante. Por eso, “mi entrenadora me recomendó que acudiera a una psicóloga deportiva. Ella me ayuda a gestionar toda la parte mental”, nos cuenta.

Ahora acaba de terminar la temporada y es el momento de descansar. Aunque sin olvidar la preparación física. Para eso, acude junto con sus compañeras (y otras niñas que no son del equipo) al campamento de verano que organiza el club. “Hacemos manejo de aparatos, flexibilidad, ballet, talleres sobre cómo peinarnos y maquillarnos para una competición... y antes de irnos, un rato de piscina.”

Marina se siente cómoda en el club. “Nos cuidan mucho y saben adaptarse a las características de cada una de nosotras, sacando partido a nuestros puntos fuertes”. Sentirse apoyada y respaldada de este modo es importante para ella. “Quiero seguir compitiendo todo el tiempo que pueda. ¡No me imagino haciendo otra cosa!”