Lleva veinte años viviendo en Boadilla del Monte donde no es la primera vez que actúa –estuvo en el coro Luigi Boccherini–, pero sí su estreno en casa como cantante profesional.
La soprano Irene Palazón verá cumplido uno de sus sueños cuando el próximo 13 de abril, a las siete de la tarde, salga al escenario del Auditorio Municipal de Boadilla el Monte, donde interpretará varias arias como solista dentro de uno de los conciertos programados este mes – bajo el título de Arias románticas en los tiempos de Verdi– en el XI Festival Boadilla Clásicos 2013.
Para la ocasión ha seleccionado, junto con Virgil Popa, director del grupo de músicos de la Orquesta Internacional de Madrid que la acompañará esa noche, distintas obras “pensadas para todo el mundo, fácilmente reconocibles. Es un repertorio de hora y media con descanso que intercala arias para soprano y piezas para orquesta capaces de emocionar”, nos adelanta. “Un guiso hecho con mucho cariño”, añade.
No cabe ninguna duda de que para ella, una joven que se adentró en el mundo de la música cuando tenía ocho años, y los suyos, será una ocasión muy especial de verla. Aquí se ha criado, vive su familia, dio sus primeros pasos en la Escuela Municipal de Música, de la mano de su fundador, Carlos Soto... “Empecé clases de guitarra clásica, pero a mí siempre me gustó cantar. En cualquier parte: el metro, la calle, en casa... Cualquier excusa era buena para ponerme a cantar en medio de la gente”, recuerda entre risas.
La más pequeña del coro
Uno de sus mejores amigos, vecino suyo, fue la que le animó a apuntarse al coro de Boadilla. “Su padre, cuyo jardín lindaba con el nuestro, era aficionado a la ópera. Yo tatareaba desde el otro lado de la valla las obras que el escuchaba... Al oírme, le gustó mi voz y me animó a que me apuntara al coro”.
Así fue como aterrizó en la coral Luigi Boccherini cuando tenía tan solo doce años. “Era la más pequeña y lo fui durante muchos años... El que menos, me sacaba 15 años”, nos cuenta.
Ya a esa edad hizo de solista soprano en la obra de Boccherini Villancico a cuatro al nacimiento de Nuestro señor Jesucristo.
Luego vino el conservatorio, donde continuó sus estudios de música, el ingreso en 2008 en la Escuela Superior de Canto de Madrid... y desde entonces no ha parado de formarse con los mejores maestros en una carrera que nunca se acaba.
Ha participado en el estreno de varias obras contemporáneas e intervenido en la representación de títulos de ópera y zarzuela como Otello (Verdi), Norma (Bellini), La Bohème (Puccini), Cosí fan tutte (Mozart), La Traviata (Verdi), Doña Francisquita (Vives)...
El suyo no deja de ser un camino complicado en un país en el que cuesta ver como una profesión ser cantante, “a diferencia de lo que sucede más allá de nuestras fronteras”, se lamenta. “Ser cantante es un modo de vida, aunque cuesta que se vea así, pero lo es”, asegura. Y ese ha sido su objetivo: hacer del canto su profesión y de la voz su instrumento. Un instrumento también un tanto especial con el que hay que trabajar mucho una vez que está bien formada –“es por eso que esta es una carrera tardía”, nos explica–. Un instrumento que refleja fielmente “cómo te encuentras, tus vivencias, tus problemas...” Y que requiere cuidados especiales: “Nada de lugares con humo, hablar alto o gritar”.
Sobra decir que Irene es una persona luchadora, trabajadora, vitalista y con muchas ilusiones detrás, tímida y reservada en apariencia, y con un peculiar modo de ver la vida. “Yo voy por mi camino, trabajando, y no le hago a nadie lo que no me gustaría que me hicieran a mi”.
¿A quién admira? A mucha gente. Soy como una esponja. De todos aprendo: del que me gusta, del que no me gusta... Todo el mundo tiene algo que enseñar. Incluso sobre el escenario, aunque no me guste lo que veo... soy consciente de lo que esa persona o artista se ha sacrifi cado para llegar hasta ahí, las veces que ha sido incomprendido, el trabajo que hay detrás... Y eso merece un respeto y un reconocimiento.
¿Y cuáles son sus sueños? Prefiero vivir y soñar el día a día, lucharlo, que tener sueños a largo plazo... Sueña hoy y podrás vivir mañana me digo.
Además de lo que hace, le gusta el teatro –con un grupo de alumnos de la escuela de canto prepararon La Casa de Bernarda Alba, obra que han representado en distintas ocasiones–, leer, pasear por el campo y los caballos –tuvo varios de pequeña–.
Es una fan también de Boadilla. “Cuando regreso de Madrid o de cualquier otro lugar a casa, tengo la sensación que voy a un sitio de fin de semana. Es algo que me reconforta. Paseo mucho por el monte, la Finca de la Milagrosa...
Con Verdi de protagonista
Irene Palazón será uno de los atractivos de la edición de este año de Boadilla Clásicos, en el que la música de Giuseppe Verdi, compositor que nació ahora hace doscientos años, será el eje sobre el que gire el festival. Pero habrá más.
El 6 de abril (sábado) se inaugura el festival con la ópera La Traviata. Podremos ver una adaptación escenificada de esta obra en tres actos debido a las limitaciones del Auditorio Municipal. Lo que no significa que los asistentes no vayan a disfrutar de una buena tarde con ópera de primera a cargo de la Sociedad Camerata Lírica, bajo la dirección musical de los pianistas Luis Prados y Eusebio Fernández.
El público infantil será protagonista del concierto didáctico que se celebrará el domingo 7 de abril bajo el título El gran juego de Verdi. Un espectáculo pedagógico e interactivo de teatro musical, a través del que Verdi hablará a los niños contándoles anécdotas y curiosidades de su vida y obra, intercaladas con diferentes arias de ópera.
El sábado 13 de abril será el turno de las ya mencionadas Arias románticas del tiempo Verdi, con un repaso por obras de Mozart, Mascagni, Wagner y del propio compositor protagonista.
El ciclo concluirá el sábado 27 de abril con un Brindis por Verdi, a cargo del Coro y Orquesta de la Sociedad Lírica Complutense con la participación especial del Coro Municipal Luigi Boccherini.