¿Qué sientes cuando patinas? Pues lo es todo. ¡Es una sensación de plenitud muy grande!
¿Lo compaginas con estudiar? Sí, además de los entrenamientos y las competiciones, estoy estudiando un Grado Medio de Técnico de Medioambiente.
¿Y cómo te organizas? Aprovechando mucho el tiempo. Con clases y entrenos a diario, no queda otra. La mayoría de los días como en el coche camino al club. Menos mal que tengo muy buena memoria y me resulta fácil estudiar.
¿Qué es lo más difícil de los entrenamientos? Cuando me bloqueo con una pirueta o un ejercicio concreto. Ver que no te sale y tener que insistir e insistir...
¿La gestión emocional es importante? Sí, mucho. Cuento con la ayuda de una psicóloga. Ser fuerte mentalmente y saber gestionar la frustración es importante siempre. Y en esta profesión, también. Especialmente para esos momentos difíciles o ante el estrés de las competiciones.
¿Qué te ha enseñado el patinaje? Pues, sobre todo, el compromiso. Saber que por mucho talento que se tenga, si no hay constancia y esfuerzo, no se consigue nada.
¿Tienes buenos amigos entre los patinadores? Sí, son muchas horas juntos entrenando o durante las competiciones, y al final se van creando lazos. Compartimos la misma pasión, nos apoyamos...
Tu familia también te apoyará mucho... ¡¡¡Muchísimo!!! Mientras patinar siga significando tanto para mí, ellos van a estar a mi lado. Además, mi madre es mi preparadora física. Es Licenciada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y ha desarrollado un sistema propio de preparación física y elasticidad específico para patinadores. ¡Así que imagínate el nivel de implicación!
¿Objetivos de futuro? Quiero crecer como patinador y disfrutar de todas las etapas hasta llegar a la categoría senior (19+). Además, tengo claro que quiero continuar estudiando para licenciarme en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y, en el futuro, ser entrenador para seguir ligado al mundo del patinaje cuando ya no salte a la pista.