El Relicario del Monasterio del Santísimo Sacramento, en el Cerro del Mosquito de Boadilla, es uno de los escasos ejemplos que se conocen de estancias especialmente diseñadas para conservar numerosas reliquias. Esta habitación relicario, ahí ubicada desde 1979, conserva las trazas originales de los tiempos de la fundación. Un espacio que reúne piezas desde su origen en el siglo XVI hasta el siglo XX, y que no es habitual en templos de estas características, siendo más propio de conventos o monasterios de fundación real o por personajes de alta nobleza. Algo que hace de este Relicario del Monasterio del Santísimo Sacramento en Boadilla un ejemplo excepcional.
La estancia (en la imagen) mide 11,75 m de largo, 6,15 de ancho y 4,30 de alto. Sus cuatro paredes están cubiertas por paneles de madera dorada y el techo está decorado con pintura sobre lienzo. Dichos paneles y lienzos, junto con los diferentes bienes culturales que se guardan en su interior, conforman el conjunto de bienes muebles objeto de protección por parte de la Comunidad de Madrid.
Un conjunto de gran calidad artística, que se aprecia tanto en esa madera dorada que cubre sus muros y en la pintura que cubre el techo, de tipología manierista, y que algunos autores atribuyen a Juan Gómez de Mora; como en la cantidad de reliquias y objetos que contiene: 259 en total. Algunos proceden de talleres italianos del siglo XVII o de talleres madrileños cercanos a la Corte, incluyendo muebles excepcionales, como un armario-oratorio portátil o el mueble-retablo del altar mayor.
Ahora la Comunidad de Madrid lo declara BIC por ser uno de los escasos relicarios de conventos y monasterios ubicados en una estancia especialmente diseñada para exponer reliquias de santos. También se utilizaba para celebrar la liturgia monástica, siendo esta modalidad de relicario más propia también de monasterios de fundación real y de la alta nobleza.