La EMSV, empresa propiedad del Ayuntamiento de Boadilla del Monte y a cargo de la gestión del agua de la urbanización desde 2005, equiparó ese mes los precios que pagaban estos vecinos por metro cúbico de agua a la tarifa del Canal de Isabel II, bastante más cara.
Esta equiparación ha provocado que sus recibos se incrementen notablemente, con subidas que alcanzan el 280% y que en verano han superado el 400%.
De las 440 parcelas que hay aproximadamente en esta urbanización, han sido algo más de 190 los residentes que se han sumado a la iniciativa promovida por un grupo de vecinos y se han negado a seguir pagando los recibos. Creen que la EMSV ha modificado unilateralmente las condiciones pactadas en sus contratos privados de suministro de agua. Para defender legalmente sus derechos frente a esta empresa, están creando una asociación.
Argumentos de la EMSV
Fuentes de la EMSV justifican esta adecuación de las tarifas por varios motivos. El primero es que desde hace tiempo es del Canal de Isabel II de donde procede el agua que se les sirve. Anteriormente procedía de pozos propios de la urbanización, como sucede en el resto de las urbanizaciones históricas de Boadilla del Monte (Parque Boadilla, Bonanza, Montepríncipe, Las Lomas...), dada la cantidad de agua existente en el subsuelo de nuestro municipio. Y en segundo lugar, la EMSV aduce la necesidad de racionalizar el consumo.
Respecto a los pozos, hay versiones contradictorias. En la EMSV aseguran que no garantizan el suministro. Algo que los vecinos dudan a la vez que critican que se hayan abandonado, por lo que efectivamente “ahora no dan agua”.
La solución al problema podría pasar por la creación de una red de agua independiente para riego –se estima que aproximadamente el 80% del consumo del agua de la urbanización es para este fin– y otra de agua potable –al que se destinaría el 20% restante–. Una opción que no es nueva pues el Ayuntamiento ya se lo planteó en 1990 con motivo de la sequía que se vivió aquel año. Algo que ahora podría convertirse en realidad.