¿Cómo te presentarías a ti misma?Soy tullida, artista y mujer. En este orden porque es lo que necesito decirle a la sociedad. Primero visibilizarme como persona con diversidad funcional porque todavía hoy, en algunos momentos y lugares, no se nos ve como personas. Artista, porque es la manera que utilizo para conectarme con el mundo en el que vivo. Y por último, como mujer porque se me ha cuestionado en multitud de ocasiones que lo fuera.
"Soy tullida, artista y mujer. En este orden porque es lo que necesito decirle a la sociedad"
¿Cómo se vive luchando constantemente?Es muy duro ser diferente, sentirse totalmente excluida y a menudo ni siquiera tener espacio para el enfado o la frustración.
También es complicado la exotización que se hace de nosotros. Me refiero a ser a menudo “objeto de inspiración”, por ejemplo. Una inspiración que cumpla con los cánones establecidos, obviamente. Tenemos que ser cómodos para la sociedad que nos rechaza.
¿Por qué el proceso creativo es tan importante para ti? Es mi manera de comunicarme con el mundo y el que más libertad me da en una sociedad encorsetada por lo que “debería ser”.
Háblame de La Tullida GalleryEs un espacio, de momento no físico, donde poder hablar de arte y diversidad funcional. Publicamos y damos visibilidad en Instagram (@latullidagallery) a artistas con discapacidad. Llevamos a cabo un videoforum de manera online una vez al mes. Tenemos talleres para hablar de diversidad desde diferentes perspectivas: tan pronto montamos un taller desde las artes escénicas, como desde un bizcocho.
¿El arte es inclusivo?
No, vivimos en una sociedad capacitista, y por lo tanto el arte o el sistema artístico no son inclusivos, como no lo son otras tantas cosas, vaya. La accesibilidad universal es una utopía pero hay que tender a ello para conseguir crear un mundo lo más inclusivo posible, aunque aceptando que nunca lo será al 100%.
"La accesibilidad universal es una utopía pero hay que tender a ello"
¿Cómo viviste el confinamiento?El confinamiento y los toques de queda para mi fueron un descanso, de repente no hacía falta que fuese a ningún sitio teniendo la ansiedad de no saber si ese espacio, o el recorrido para llegar allí, iba a ser accesible. No me sentía mal pensando que yo no podía ir y mis amigos se lo estaban pasando estupendamente.
Y con el toque de queda, me pasaba lo mismo, todo el mundo se tenía que ir a casa.
¿Qué proyectos tienes ahora entre manos?
La gente con diversidad funcional estamos acostumbradas a pasar mucho tiempo en casa. Con ello también vino el teletrabajo y las reuniones por video-llamada, algo que llevamos muchos años reclamando las personas con movilidad reducida, por ejemplo.
Tengo varios, pero quizás el más importante es que empiezo a trabajar en el departamento de accesibilidad de uno de los museos más importantes del mundo.