Mascotas

Conejos: su alimentación

A un conejo nunca puede faltarle heno. Hay que renovarlo diariamente para aumentar su palatabilidad (buen sabor).

 

El heno más adecuado es el de gramíneas, pero también existen otros como el de alfalfa, que sólo debe utilizarse en periodos fisiológicos especiales o de convalecencia por alguna patología. La alfalfa es muy rica en calcio, mineral que el conejo elimina por la orina. Si toma demasiado calcio en la dieta, se producen cálculos y exceso de calcio en orina.

Lo mejor es colocar el heno en una henera porque en el suelo lo pisotean y lo ensucian y ya no querrán comerlo. Es importante que tenga ramas anchas, esté empaquetado suelto y que no tenga muchas partículas pequeñas que puedan generar patologías respiratorias.

También se puede dar una alimentación a base de hierba fresca si se encuentra en un recinto grande con hierba a su disposición.

Los pellets a base de harina de alfalfa molidos comercialmente son el tipo de pienso predominante para los conejos mascota. Tienen el inconveniente de que pueden favorecer este tipo de comida y menos cantidad de heno, causando aumento de peso, obesidad y diarrea. Se deben conservar en lugar fresco y seco.

Conejos domésticos y de angora

La mayoría de los conejos domésticos, especialmente sedentarios y geriátricos, obtienen mejores resultados con una dieta limitada de pellets suplementada con heno y algunas verduras. Y los de angora, con una dieta libre de pienso para comer.

Las verduras frescas deben introducirse gradualmente, agregando un nuevo alimento cada semana y descartando cualquiera que cause diarrea.

Se deben alimentar con, al menos, tres verduras diferentes para ayudar a prevenir desequilibrios nutricionales. La cantidad: similar al tamaño de una pelota de tenis cada 12 horas por conejo.

Col rizada, hojas de zanahoria, hojas de mostaza y hojas de diente de león, también brócoli y coliflor, brotes de alfalfa, trébol, canónigos, rúcula, lechuga tierna hoja de roble, lollo rosso, escarola, etc. No se las debemos dar recién sacadas del frigorífico sino a temperatura ambiente para evitar alteraciones digestivas.

Pueden suministrarse plantas silvestres si se dispone de ellas y se sabe claramente que no han recibido pesticidas ni otros químicos. Es el caso de la zarzamora (Rubus fructicosus), hierba cana (Senecio vulgaris), pamplina (Stellaria media), o diente de león (Taraxacum officinale). Es posible, además, aportarle todo tipo de hierbas aromáticas, frescas o secas, como hierbabuena, menta, cilantro, romero, albahaca, manzanilla y pétalos de flores como el hibisco.