Cuando se decretó el estado del alarma, esta autoescuela, al ser un centro de enseñanza, fue de los primeros afectados. “Se paralizaron las clases prácticas y las teóricas presenciales. Mantuvimos un 15% de la plantilla en activo (5 empleados) para ofrecer las clases teóricas online. Se vivió todo con mucha incertidumbre. Tuvimos que ir adaptándonos a la nueva situación”, explica Aurora Ruiz.
A partir del 8 de junio, se restablecieron las clases presenciales. Sin embargo, la actividad, no está aún al 100% . “Tenemos muchas limitaciones por el cupo de alumnos que podemos presentar a examen. La administración no está funcionando a pleno rendimiento y nos repercute a nosotros. Además, hemos tenido que limitar el aforo del aula, por eso mantenemos las clases online”.
A pesar de todo, en esta empresa de 11 años de vida, se mantienen muy positivos. “Hemos iniciado la actividad con alta demanda y esperamos que vaya en aumento a lo largo del todo el año. Además con el nuevo sistema online todo resulta más cómodo y fácil para nuestros alumnos. Podemos afirmar que hemos sacado algo positivo de todo esto”.