Reportaje

Antonio Najarro, el gran embajador de la danza española

Es el máximo representante mundial de la danza española, una disciplina que agrupa cuatro estilos únicos por su gran riqueza artística y musical: el flamenco, la danza estilizada, la escuela bolera y el folclore. Un patrimonio admirado y reconocido en todo el mundo, y que aquí se va abriendo camino gracias al esfuerzo y trabajo de genios como el bailarín y coreógrafo Antonio Najarro. Este mes estrena en el Teatro Mira, en Pozuelo de Alarcón, su último espectáculo, 'Romance sonámbulo' (9 y 10 de noviembre).

 

Acaba de regresar de Estados Unidos, donde ha coreografiado fragmentos de la ópera Ainadamar, estrenada el pasado 15 de octubre en el Metropolitan Opera House de Nueva York. Es la primera vez que el flamenco pisa ese escenario. Unos días antes recibía también el premio HOLA a la excelencia en Coreografía Graciela Daniele, otorgado por la prestigiosa Organización Hispana de Actores Latinos.

El bailarín y coreógrafo español más internacional, Antonio Najarro (Madrid, 1975), es incansable en su gran pasión: acercar a cada rincón del mundo la riqueza del patrimonio dancístico español. Ha exhibido la danza española en ámbitos tan diversos como la moda, museos como el Prado, la película de animación de Disney Wish, el patinaje artístico o en la mencionada ópera en el Metropolitan. Dirigió el Ballet Nacional de España (2011-2019), hizo para TVE el programa Un país en danza (2021-2022) y desde 2002 dirige su propia compañía de danza: Compañía Antonio Najarro.

¿Cómo descubrió que lo suyo era bailar? En la Feria de Málaga con seis años. Aunque nací en Madrid, mi familia es de allí. A esa edad era un niño superintrovertido y muy vergonzoso. Pero en la feria descubrí un mundo que me gustaba; me ponía a bailar sin ningún reparo.

Mis padres vieron que era un medio de desinhibición tremendo para mí y me apuntaron a una escuela en Madrid. De ahí, al conservatorio. A los 15 tuve mi primer trabajo profesional y ahí ya me dije “a esto me quiero dedicar”. Expresarme a través del movimiento me aportó una apertura personal tremenda.

¿Por qué en España, siendo una disciplina muy presente en nuestra propia cultura, no tiene la danza ese reconocimiento? ¡Somos el país más rico en danza de todo el mundo y no tenemos un teatro nacional dedicado a la danza con una programación anual! Y es que no se puede ver y amar lo que no se conoce. Hay que introducir la danza en la escuela. Y no solo por conocer la danza de nuestro país sino también como instrumento de expresión corporal a través del movimiento y la música... Es bueno para el desarrollo del cerebro, el oído, la musicalidad o expresar emociones. También sería importante combinar esto con la presencia habitual de la danza en los medios de comunicación.

 

Para el que no lo sepa, ¿qué es la danza española? La danza española tiene cuatro estilos muy diferenciados que son la escuela bolera, la danza estilizada, el folclore y el flamenco.

La escuela bolera es el más antiguo de todos con pasos originarios del baile cortesano. Es un baile de castañuelas que ha ido evolucionando hasta el nivel de virtuosismo alcanzado hoy.

La danza estilizada nació en los años 1900-1910 con Antonia Merced (la Argentina), Pilar López, Antonio Ruiz Soler, La Argentinita... Eran los pioneros de crear ballets argumentales de danza española y los primeros que tuvieron la iniciativa de reunir a grandes artistas de la época de la música (Falla, Turina, Granados), pintores como Dalí, Picasso para crear telones; figurinistas también...

Luego tenemos el folclor o danza tradicional. Somos el país con más riqueza folclórica de todo el mundo. Desde Galicia con sus muñeiras y fandangos gallegos; los fandangos vascos y el aurresku del País Vasco; Cataluña con la sardana, la jota aragonesa o todos los bailes del sur de España: verdiales, malagueñas...

Y por último el flamenco, el estilo más exportado y el más conocido por todo el mundo. El 80 % de la gente a la que le hablas de danza española se cree que es solo flamenco, pero no es así. Y esa es parte de mi misión en la vida: dar a conocer la danza española en toda su dimensión.

"Que un bailarín domine con excelencia estos cuatro estilos es muy muy difícil"

Que un bailarín domine con excelencia estos cuatro estilos es muy muy difícil. Tiene que tener una formación en ballet clásico. Tienes que saber tocar las castañuelas de una manera muy virtuosa, zapatear como el que más, calzarte unas alpargatas y bailar una jota, que tiene un estilo muy diferente...

Ha de saber interpretar todos estos estilos para  lo que va a necesitar tener una preparación física, muscular y ósea que acepte tanta variedad de trabajo muscular. Y eso no es usual. Requiere una preparación y una complexión concreta.

 

En 2002 creó su propia compañía. Emprender no es fácil precisamente. Y menos en el sector cultural. Fue muy complicado. Todo era supercasero. Ahí invertí todos mis ahorros. Yo hacía los dossieres de prensa, iba personalmente a todos los sitios a reunirme con directores de teatro y festivales para vender lo que hacía, que no era flamenco sino danza española. Yo compraba las telas, tenía a mi madre todo el día cosiendo. Aprendí tres idiomas. Supuso una dedicación tremenda frente al ordenador, con los bailarines. Mucha ilusión...

El primer espectáculo funcionó bien, teniendo en cuenta que mi nombre era conocido internacionalmente como bailarín, pero no como compañía. Y así fuimos creciendo poco a poco. Al principio incluyendo la palabra flamenco para que nos contrataran... Ahora ya no.

¿Cuántas personas forman la Compañía Antonio Najarro? Somos 25: 14 bailarines, músicos, director de producción, maestra repetidora, sastra...

El 9 y 10 próximos estrenáis Romancero sonámbulo en el Mira en Pozuelo de Alarcón. ¿Qué vamos a ver? Es un espectáculo inspirado en parte del poemario de Federico García Lorca. Lorca se ha explotado mucho en danza española, pero decidimos hacer algo con un punto de vista diferente a través de una compañía con un estilo muy concreto y versátil como la nuestra.

Hemos seleccionado los poemas más oníricos y fantásticos de Lorca. Habrá mucha proyección con un vestuario maravilloso creado por Yaiza Pinillos, música en directo compuesta por José Luis Montón.

Es también mi primer espectáculo argumental en el que cada uno de los cuadros es un poema con un hilo narrativo. Todo un reto para mí en el que me ha ayudado Alberto Conejero, uno de los mejores dramaturgos de España con el que ya colaboré en el Ballet Nacional de España. Y mucha danza: escuela bolera, flamenco, danza contemporánea, castañuelas...

¿Le quedan muchos sueños por cumplir? No perder la ilusión. Sin ser pretencioso, tengo un montón de sueños cumplidos. No puedo pedir más. Quise ser bailarín del Ballet Nacional de España (BNE), y llegué a serlo. Luché por ser el primer bailarín, y fui primer bailarín. Quería tener una coreografía en el BNE, y la tuve. Nunca pensé que a los 35 años iba a dirigir el BNE... Tengo mi propio compañía, me han dado la Medalla de oro al mérito a las Bellas Artes 2023...

"Mi sueño real es levantarme con la ilusión que me levanto cada día"

Así que mi sueño real es levantarme con la ilusión que me levanto cada día para hacer lo que sea: para tener esta entrevista contigo, para ensayar con mis bailarines, dar un curso, crear cualquier nuevo proyecto, ir al Metropolitan... Esa ilusión que tengo por la danza es mi mayor sueño. El día que la pierda, va a ser mi final en el mundo de la danza.