Carmen de Andrés es la responsable de uno de los talleres municipales de pintura que se imparten en el Centro de Formación. Tiene tres grupos: uno el martes por la tarde y otros dos el miércoles, de mañana y tarde.
El perfil del alumno coincide en todos ellos: "Personas que se jubilan y se apuntan al taller de pintura porque tienen tiempo o retoman esta afición". Actividad que la mayoría combina con otras como yoga, música, literatura o deportes.
Entre estos alumnos, dispares, nos encontramos con Pedro Yunta, de 73 años, perito industrial y cuatro años pintando; Manuel Ballestero, de 61 años, los dos últimos pintando; Rafael Martín del Toro (61 años) o Aquilino Crespo (60 años), tres en el taller ya, pero pintando "toda la vida" dice.
Primera exposición pública
Montar una exposición entre todos fue una idea que tomó forma el curso pasado, impulsada por varios alumnos.
El reto era mostrar su obra fuera del entorno formativo en el que se mueven. En definitiva, hacerlo como profesionales. Porque, aunque todos ellos son amateur, nadie lo diría por el nivel de muchas de las obras.
Se votó un nombre para agrupar a los 27 artistas que finalmente participaron en la muestra, con un total de 45 obras. Aguarrás fue el elegido. Un nombre sencillo en honor al universal disolvente que utilizan a diario en sus cuadros. Y solicitaron al Ayuntamiento un espacio.
Sus obras (óleos, una cerámica y una acuarela) las pudimos ver el mes pasado en la sala de exposiciones del Auditorio Municipal. Había bodegones, texturas, paisajes o reproducciones de cuadros clásicos.
En el taller dicen que se aprende y evoluciona siguiendo las indicaciones, consejos y retos que a cada uno ofrece la profesora. Maestra que combinando pedagogía con disciplina: "Tiene que gustarte esto y hay que ser constante", nos cuenta.
Si todo sigue así, el próximo año es probable que les volvamos a ver.