José Luis Panero González (40 años) es vecino de Boadilla desde hace 35 años. Este periodista nos cuenta lo enriquecedor del teatro y cómo los hobbies también tienen sus premios. A pesar de que debido a estudios y trabajo tuvo que hacer un largo paréntesis en su afición a la interpretación, hace unos años volvió al escenario con más fuerza que nunca con el grupo Honda Teatro. Y quiere seguir disfrutando y haciendo disfrutar a los demás de su pasión. Motivos no le faltan: acaba de recibir el premio de la UNIR al Mejor Actor Principal en el I Festival Nacional de Teatro.
¿Cuándo te pico el gusanillo del teatro? Mi primer contacto fue en el auto de Navidad del Trinity College, donde además me dieron un papel importante. Mi andadura más en serio comenzó en el año 93, en la escuela-taller Teatro 10, aquí en Boadilla. El grupo lo dirigía Víctor Ruiz, que era profesor de lengua y literatura del CEU, por lo que aportaba ese valor añadido como lingüista. Víctor fue un director muy exigente, que me hizo disfrutar mucho de la actuación y aprender pequeños trucos, que son los que han construido mi manera de actuar. A los que nos interesaba de verdad el teatro y comenzamos aprendiendo allí, seguimos actuando. Es más. la directora de Honda Teatro, la compañía en la que estoy actualmente, era compañera del grupo de Víctor.
Aunque tu pasión es el teatro, al final acabaste estudiando otra cosa. ¿Por qué? Fue difícil abandonar el teatro, pero me era imposible compatibilizar estudios y ensayos. El teatro siempre me ha gustado, pero sabía que no iba a poder vivir de esto, por lo que me metí en Periodismo y Comunicación Audiovisual. Por suerte, no me fue mal y actualmente me dedico al periodismo económico a la vez que hago críticas de cine y teatro para distintos medios.
¿Y cómo retomaste la interpretación en la compañía Honda Teatro en Majadahonda? Pues tras acabar los estudios y poder combinarlo con mi vida profesional, ya que ensayamos dos veces por semana en la Casa de la Cultura de Majadahonda. Volví al teatro en 2008, gracias a la llamada de la directora de esta agrupación, Concha Calderón. A partir de ese momento, daban igual esos casi 20 años que me había distanciado de actuar. Lo retome con mucha ilusión, sacrificando otras cosas, teniendo que pedir permisos en el trabajo para salir antes…
Has recibido el premio al Mejor Actor Principal en el I Festival Nacional de Teatro de la Universidad de La Rioja por tu representación de Don Dionisio en Tres sombreros de copa. ¿Qué ha supuesto esto para ti? Fue algo mágico y muy inesperado, la verdad. Aquel día yo le comente a mi directora que quería asistir, ya que siempre disfruto de estos saraos. Y allí fui, pero sin pretensión alguna ni expectativa. Cuando leyeron mi nombre, me quede medio en shock. No me lo podía creer. De hecho, mi primera reacción al recoger el premio fue decirles que se habían equivocado (risas). Al final, es un galardón que concede una universidad prestigiosa, en el que han competido más de 50 obras de todo el panorama nacional, y ser tu el premiado, es algo increíble.
Yo soy una persona muy agradecida y se que sin la instrucción de Víctor Ruiz y de mi actual directora, nunca lo habría conseguido. También quiero agradecer y compartir mi premio con mi compañera de faena, Marta García-Lomas, y con la otra actriz premiada, Rosa María Mundo. El premio me anima a seguir adelante haciendo y disfrutando de lo que me gusta doblemente, porque encima me han premiado por hacer lo que me gusta.
¿Y ahora qué? Vamos a estrenar el 30 de septiembre y 1 de octubre la obra Una visita inesperada, de Agatha Cristie, con Honda Teatro en Majadahonda. No se conoce mucho y ha sido poco publicitada en los circuitos teatrales, pero es una obra muy interesante. Merece la pena verla.