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Santiago Moreno: “Es necesario salir de la zona de confort”

Descubrió la magia de la fotografía bien pequeño, y nunca la abandonó. Ha hecho de ella su trabajo y es su mejor herramienta para contar historias y dar a conocer su visión del mundo. Además, es un experto piloto de drones, lo que aumenta sus posibilidades de sacar fotos increíbles.

 

Santiago Moreno (24 años), de Boadilla, es licenciado en Comunicación audiovisual y tiene un Máster en Periodismo de viajes. Trabaja en el medio digital Infodron y colabora con el periódico La Razón, pero sus inquietudes profesionales no acaban cuando sale de la redacción. La fotografía es su gran pasión, una manera de contar historias mientras experimenta todas las opciones que ofrece.

¿Cómo empezaste con la fotografía?

Mi fascinación por hacer fotos comenzó cuando era niño, con una pequeña cámara digital que me regalaron en Navidad. Siempre la llevaba conmigo y era el encargado de hacer las fotos en los eventos familiares.

Así que, al poco tiempo, pedí en mi carta a los Reyes Magos una cámara mejor y, además, mi familia me empezó a regalar sus viejas cámaras analógicas, que ya no usaban. Actualmente tengo una colección de 35 máquinas y funcionan casi todas. Las que no, las voy arreglando.

¿Hacer fotos te ayuda a comunicarte?

Sí, con una cámara de fotos puedo expresar mi punto de vista, cómo veo yo el mundo. Y también me permite crear recuerdos porque ahora es todo muy fugaz y con las redes sociales más.

¿Te gusta experimentar?

¡Sin duda! Después de colocar la cámara en todos los sitios posibles, me di cuenta que me faltaba investigar la perspectiva desde el aire. Así que me saqué el título profesional que me permite volar drones de hasta 25 kilos y el de radiofonista para poder comunicar con la torre de control, como si fuera una nave aérea más.

Pero también haces vídeos...

Como me gusta tanto experimentar, pasar de la imagen fija a la imagen en movimiento, el vídeo, es un paso casi natural. Es importante, además, salir de la zona de confort y probar cosas nuevas. Uno de mis trabajos a los mandos de un dron y una cámara es el video aéreo que hice sobre el palacio del infante don Luis, uno de mis sitios favoritos de Boadilla. Se puede ver en mi página web.

Dónde te inspiras más

Por supuesto aquí en Boadilla y especialmente en el palacio. Pero también tengo debilidad por Madrid. Me gusta mucho la foto callejera y la capital, con todo su caos, ofrece mil oportunidades. Tengo una relación de amor odio con la ciudad, pero me inspira mucho.

¿Hacía donde quieres dirigir tu carrera?

"Ganarme la vida viajando y haciendo fotos sería lo mejor para mí. ¡Una vida muy completa!"

Quiero darle cada vez más peso a la fotografía, desarrollarme como fotoperiodista. Y en un futuro ser mi propio jefe para decidir qué cosas quiero fotografiar y cuáles no.

Me he criado viendo el National Geographic y ese tipo de fotos me fascinan. Por eso hice el Máster en Periodismo de viajes, para dejarme una puerta abierta y en el futuro poder trabajar al aire libre, haciendo fotografías de ese estilo. Ganarme la vida viajando y haciendo fotos sería lo mejor para mí. ¡Una vida muy completa!

¿Algún proyecto a la vista?

De momento, lo más inmediato es un proyecto de fotografía documental en blanco y negro, que está empezando a gestarse. Estoy disparando en analógico casi todo, utilizando las cámaras de mi colección que son de los años 60 y 70. ¡Hasta he montado mi propio laboratorio en casa para revelar!

Quiero que sea muy orgánico, volver a los inicios de la fotografía, cuando el proceso era más artesanal.